Caminarás entre ruinas milenarias en Mesenia, contemplarás el Canal de Corinto desde su mejor mirador y te empaparás del animado ambiente costero de Kalamata—todo en una cómoda excursión de un día con un conductor local que conoce cada atajo y cada historia que vale la pena escuchar.
Lo primero que noté al cruzar el viejo puente sobre el Canal de Corinto fue la caída abrupta: solo agua azul cortando la roca, con una brisa salada que soplaba desde abajo. Nuestro conductor, Yiannis, se detuvo para que pudiéramos bajar y tomar fotos. Nos explicó cómo el canal conecta el mar Egeo con el Jónico, un atajo soñado desde la antigüedad. Siempre hay algunos locales vendiendo barritas de sésamo y agua fría cerca, especialmente a media mañana, cuando empiezan a llegar los autobuses.
La Antigua Mesenia parecía casi intacta, sin multitudes. Paseamos entre columnas y olivos, pasando por el enorme teatro (tiene capacidad para 10,000 personas—difícil de imaginar hasta que estás en lo alto). El museo es pequeño pero está lleno de hallazgos: estatuas, monedas e incluso algunas piezas de cerámica que aún conservan un leve aroma a tierra. Nuestro guía nos contó cómo Epaminondas fundó la ciudad en el 369 a.C.; tenía historias para cada rincón, como el Asclepeion, donde la gente acudía en busca de curación. Si te apasiona la historia o simplemente quieres un espacio para explorar sin demasiada gente, este lugar es un tesoro.
Kalamata en sí me sorprendió. La plaza principal vibra de vida: niños persiguiendo palomas, ancianos discutiendo animadamente en el Café Vassileos. Paseamos por la carretera junto al mar; son cuatro kilómetros de playa y restaurantes que sirven pescado fresco (probé sardinas a la parrilla en un sitio llamado Thalassa). El castillo en la colina ofrece una vista panorámica de toda la ciudad. Si te gustan los museos, no te pierdas el Museo Arqueológico Benakeion ni la Galería de Arte Moderno Griego, ambos en edificios antiguos preciosos. Y sí, hay WiFi gratis en la furgoneta para que puedas consultar mapas o subir fotos en el camino.
¡Sí! Podemos proporcionar asientos para bebés si es necesario y hay espacio para cochecitos en nuestros vehículos. Los sitios son en su mayoría accesibles para cochecitos.
La excursión suele durar entre 8 y 9 horas, incluyendo el tiempo de viaje y las paradas en cada lugar.
No, las entradas no están incluidas en el precio. Se pagan directamente en el sitio si deseas entrar.
¡Por supuesto! Hay muchas cafeterías y tabernas a lo largo de la ruta; podemos parar cuando quieras para comer o beber algo.
Tu transporte privado incluye agua embotellada, WiFi gratis a bordo, aire acondicionado (imprescindible en días calurosos), además de un conductor amable que habla inglés y te ayudará con todo lo que necesites durante el trayecto.
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