Conduce tu propia camper por el oeste de Georgia—explora cañones, acampa junto al lago Shaori con olor a pino, navega por cuevas y el cañón Martvili, prueba snacks locales con nuevos amigos. Incluye recogida y todas las entradas, ideal para quienes quieren despertar en un lugar diferente cada día—y quizá ensuciarse un poco en el camino.
Salimos de Kutaisi en nuestra pequeña camper justo cuando el sol asomaba tímido entre las nubes matutinas — olía a hierba mojada y a diésel, una mezcla curiosamente reconfortante si creciste rodeado de coches viejos como yo. Nuestro guía (creo que se llamaba Giorgi) nos despidió con una sonrisa y un último consejo: el sendero de Tskhrajvari “no está tan mal, salvo que llueva”. Claro que llovió. No mucho, solo lo suficiente para que las piedras resbalasen y el bosque oliera intenso y verde. Arriba, con las botas embarradas y las piernas temblando, se veía todo el oeste de Georgia desplegado bajo nuestros pies. No esperaba sentirme tan pequeño allí arriba.
Acampar junto al lago Shaori fue... más frío de lo que había previsto. El aire olía a pino y a humo de alguna fogata cercana que se colaba en la brisa. Conocimos a una pareja de Tbilisi que nos compartió su churchkhela (esas dulces uvas con nueces) mientras reíamos intentando montar el toldo sin pelearnos. Al día siguiente visitamos el monasterio de Motsameta — pequeño, encaramado sobre una curva del río, con monjes moviéndose en silencio entre las sombras. Intenté susurrar dentro, pero mis botas chirriaron igual.
Los paseos en barco por la cueva de Prometeo y el cañón de Martvili fueron surrealistas, cada uno a su manera — uno oscuro y ecoico, con gotas cayendo desde arriba (me agachaba para no golpearme con las estalactitas), el otro de un azul verdoso brillante con niños gritando río arriba. Hay algo en deslizarse bajo esos altos muros de piedra que te invita a hablar menos y escuchar más. La cascada Kinchkha era tan ruidosa que ahogaba cualquier pensamiento; rocío por todas partes, rocas musgosas resbaladizas como jabón.
Hicimos la caminata por el cañón Okatse (6 km que se sintieron más largos con tantas curvas), y luego acampamos cerca de Heshkili, donde una señora mayor nos dio un khachapuri caliente envuelto en papel de periódico — de verdad, ese pan salvó mi ánimo después de un día largo. La caminata al glaciar Chalaadi me dejó los dedos congelados pero la mente despejada; todavía pienso en esa vista del valle cuando estoy atrapado en el tráfico de la ciudad. Batumi fue nuestra última parada — palmeras, aire marino, música callejera en el boulevard por la noche. Simplemente caminamos hasta que nos dolieron los pies.
La caminata en el cañón Okatse es de 6 km.
Sí, el alquiler de la camper está incluido.
No, todas las entradas e impuestos están incluidos en el precio.
Las paradas principales son: sendero Tskhrajvari, camping en lago Shaori, monasterio Motsameta, paseo en barco en cueva Prometeo, cascada Kinchkha, paseo en barco por cañón Martvili, presa Enguri, caminata en cañón Okatse, camping en Heshkili, caminata al glaciar Chalaadi, cascada Mirveti y Makhuntseti, y recorrido a pie por Batumi.
No incluye comidas específicas, pero encontrarás comida local en el camino.
Es una expedición autoguiada en camper con consejos locales disponibles.
Hay opciones de recogida cerca mediante transporte público.
Se recomienda tener una forma física moderada para las caminatas.
Tu viaje incluye todas las entradas y tasas en los puntos de interés del oeste de Georgia, además del alquiler de una camper con aire acondicionado para que conduzcas a tu ritmo entre cañones y lagos. También hay opciones de transporte público cerca y asientos especiales para bebés bajo petición.
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