Recorrerás el Vieux Lyon con un guía local, probarás embutidos y quesos regionales con vino, degustarás brioche de praliné o chocolates, y te colarás por traboules secretos. Risas, sorpresas y relatos que te acompañarán mucho después del último bocado.
Justo nos habíamos perdido en uno de esos estrechos traboules cuando nuestra guía, Camille, sonrió y nos ofreció una loncha de saucisson — “Tienes que comerlo así,” dijo, envolviéndolo en un trozo de pan crujiente. Las paredes estaban frescas y húmedas; olía a piedra y a algo dulce de una panadería cercana. Detrás nuestro, ladraba un perro. Intenté decir “gracias” con la boca llena. Camille se rió.
El Vieux Lyon está animado, pero no de forma turística, sino como si todos fueran a algún buen plan. Paramos en la Catedral de Saint Jean (ella la llamó el corazón del Vieux Lyon), donde la luz del sol rebotaba en los vitrales y nos iluminaba el rostro. En la siguiente parada para degustar, había un queso que no sabía pronunciar (el vino blanco ayudó), y una brioche de praliné tan rosa que parecía de mentira pero sabía de verdad — suave, dulce, casi tibia aún. Esa parte no me la esperaba.
Me gustó que en cada lugar que visitamos había alguien con ganas de charlar, no solo de vender. El dueño de la heladería nos contó cuál es su mural favorito de la ciudad y nos dio una cucharada extra “solo porque sí.” Siempre había alguna historia o broma entre bocado y bocado; de verdad, todavía recuerdo esa vista por la Rue Saint-Jean al atardecer, cuando todo se volvió dorado por unos minutos. El tour no es una comida completa (Camille nos avisó), pero te deja con ganas de cenar en algún sitio cercano — que probablemente sea la idea.
El tour dura unas 3 horas.
Sí, incluye vino tinto y blanco durante las degustaciones.
Niños de 13 a 18 años pueden participar si van acompañados por un adulto.
No, no es una comida completa, pero ofrece varias degustaciones generosas.
Probarás embutidos regionales, quesos, brioche de praliné o chocolates (según temporada) y helados (en verano).
El recorrido incluye el Vieux Lyon, la Catedral de Saint Jean, murales y los famosos traboules.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro.
Si no hay suficientes personas, te ofrecerán otra fecha o un reembolso completo.
Tu tarde incluye cuatro paradas para degustar embutidos regionales con vino tinto, quesos locales con vino blanco, brioche de praliné o chocolates o helados según la temporada — todo guiado por un apasionado local mientras exploras murales y traboules en el Vieux Lyon.
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