Saldrás en barco desde Ajaccio o Porticcio recorriendo la costa dramática de Córcega, con paradas para nadar en la reserva de Scandola y las cuevas de Capo Rosso. Almuerzo en el pueblo costero de Girolata (no incluido) y relatos del guía local durante el camino. Aire salado, acantilados volcánicos y esos momentos que no se planean, todo en una excursión de un día.
“¿Ves esa torre? Genovesa — la construyeron para vigilar a los piratas,” sonrió nuestro capitán mientras nos alejaba de la playa de Lava rumbo al Golfo de Porto. La mañana era fresca y con olor a mar, sin el calor agobiante aún. Solo éramos seis en el barco, más Alain (nuestro guía), que señalaba detalles que yo ni habría notado — como cómo los acantilados rojos cerca de Capo Rosso parecen brillar cuando el sol les da de lado. Intenté sacar una foto pero, la verdad, nunca les hace justicia.
La primera parada para nadar fue cerca de la reserva de Scandola. El agua tenía un olor limpio y fuerte, casi metálico — dudé antes de lanzarme porque parecía muy profunda, pero los demás no lo pensaron dos veces. Bajo el agua se veían pececillos plateados moviéndose entre las rocas volcánicas. Alain me lanzó una máscara de snorkel y dijo: “Tranquilo, aquí no muerde nada.” Se rió cuando me sobresalté al sentir unas algas rozando mi tobillo. La palabra clave aquí es excursión de un día a Scandola en barco — pero nadie en el barco pensaba en eso; solo flotábamos con el sol en la cara.
Girolata apareció de repente tras otro tramo de mar abierto — apenas unas casas de piedra y un perro dormitando en la plaza. Almorzamos en un local pequeñito junto al agua (no incluido), donde un señor mayor nos sirvió pescado a la parrilla y pan con sabor ahumado del horno de leña. Intenté pedir más agua en francés y lo hice un desastre; Alain intervino con una sonrisa. Allí parecía que el tiempo se movía más despacio, o quizás era yo, todavía secándome al sol.
En el regreso, paramos otra vez para nadar — esta vez me tiré sin pensarlo. La luz de la tarde hacía que todo se viera más suave. Horas después, mi pelo seguía oliendo a sal, incluso cuando ya estábamos de vuelta en Ajaccio. Si buscas un tour privado en barco con momentos auténticos (no solo visitar sitios de la UNESCO), este tiene algo especial. Aún me acuerdo de esa vista desde abajo de la torre genovesa.
El tour sale desde la playa de Lava, el puerto de Ajaccio o el puerto de Porticcio.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay una parada en Girolata donde puedes comer en un restaurante local.
Sí, hay paradas para nadar cerca de la reserva de Scandola y en el camino de regreso.
Solo se puede acceder por mar o a pie; este tour llega en barco.
El tour incluye transporte privado en barco.
No se aceptan viajeros menores de 6 años en este tour.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de partida.
No se recomienda para embarazadas ni para personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu día incluye transporte privado en barco desde Ajaccio o Porticcio con paradas para nadar en la reserva de Scandola y las cuevas de Capo Rosso; también tendrás tiempo en tierra en el pueblo de Girolata para almorzar (por cuenta propia) antes de regresar bordeando la costa dramática de Córcega.
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