Recorrerás senderos entre viñedos cerca de Saint-Emilion, catarás vinos en dos châteaux muy diferentes con historias locales en cada copa y compartirás un picnic francés al aire libre. Prepárate para risas con queso y pan, momentos tranquilos en callejuelas medievales y tiempo para preguntar todo sobre los vinos de Burdeos y la vida del pueblo.
Ya íbamos serpenteando entre hileras de viñas cuando nuestra guía, Camille, empezó a contarnos sobre los monjes que hicieron vino aquí por primera vez. Podía oler la tierra por la ventana abierta de la furgoneta — un aroma húmedo, casi dulce, nada de lo que esperaba. La carretera bajó y de repente Saint-Emilion apareció justo delante: muros de piedra, tejados rojos, un campanario que asoma como si llevara siglos vigilando el valle. Alguien del grupo intentó pronunciar “Merlot” a la francesa; Camille sonrió y nos sirvió la primera copa antes de bajarnos del coche.
El primer château se sentía formal — copas relucientes alineadas en una sala iluminada por el sol, el dueño explicando el terroir mientras yo trataba de no derramar nada (fallé). El segundo lugar era más pequeño, más acogedor. Un perro dormía bajo una higuera y probamos vino directo de las barricas en una bodega fresca que olía a piedra húmeda y madera vieja. Este tour privado de vinos al estilo Burdeos nada tiene que ver con las botellas del supermercado en casa — aquí puedes saborear el clima o algo así. Almorzamos al aire libre: baguette con queso que se pegaba a los dientes, embutidos, tomates que sabían a verano. Aún recuerdo ese pan.
Después del almuerzo paseamos por las calles medievales de Saint-Emilion — adoquines estrechos bajo los pies, la luz rebotando en las paredes de piedra caliza. Camille nos señaló pequeñas puertas donde vivían los panaderos (eché un vistazo a una; olía a harina). Hay un silencio especial en algunos rincones del pueblo, roto por risas o campanas que resuenan en la piedra. No parecía una excursión cualquiera desde Burdeos — más bien como entrar en la historia de alguien por una tarde. Y luego estábamos de vuelta en la furgoneta, con migas en la ropa y botellas tintineando bajo los asientos.
La excursión dura varias horas, incluyendo visitas a dos bodegas y tiempo para explorar el pueblo de Saint-Emilion.
Sí, incluye un picnic típico francés con pan, quesos, embutidos y verduras.
Sí, se realizan varias catas en dos châteaux diferentes.
Sí, se proporciona transporte en vehículo con aire acondicionado durante todo el tour.
Un conductor-guía experto acompaña al grupo con historias y datos todo el día.
Se incluye agua embotellada para todos los participantes durante el tour.
No, todas las entradas y tasas están incluidas en la reserva.
Es adecuado para la mayoría de niveles físicos, pero no se recomienda para embarazadas.
Tu día incluye recogida en vehículo con aire acondicionado desde Burdeos o puntos cercanos, visitas guiadas a dos bodegas con varias catas en cada una, agua embotellada durante el recorrido, todas las entradas y tasas cubiertas, además de un auténtico picnic francés al aire libre antes de regresar en buena compañía.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?