Deslízate en Segway por iconos como la Torre Eiffel y la Place de la Concorde, escuchando historias de tu guía local mientras recorres las orillas del Sena y grandes avenidas. Grupos pequeños, muchas paradas para fotos y esos momentos únicos que hacen que París se sienta real—todo el equipo incluido para que solo te preocupes por disfrutar.
Lo primero que noté fue el zumbido del Segway bajo mis pies, justo al lado de la Torre Eiffel—tan cerca que se escuchaban risas en docenas de idiomas. Nuestra guía, Camille, nos entregó los cascos (el mío olía un poco a lavanda, ¿quizá del último usuario?) y soltó una broma sobre cómo hasta los parisinos se pierden en su propia ciudad. Intenté no parecer nervioso, pero la verdad es que al principio estaba un poco tambaleante. El cielo tenía ese azul pálido típico de la primavera temprana, y un aroma intenso a café venía flotando desde algún lugar cerca del Champ de Mars. Partimos en fila, más pareciendo patitos que exploradores.
Pasamos rápido por el Pont de l’Alma—Camille señaló dónde está escondido el memorial de la princesa Diana, algo que jamás habría notado solo. Destellos dorados en el Pont Alexandre III atrapaban el sol justo en el momento perfecto; alguien detrás de mí susurró un “wow”. Intenté sacar una foto pero casi se me cae el móvil (los Segways no frenan para Instagram). La ciudad se sentía distinta desde esa altura—como si flotaras por encima del ajetreo habitual. En la Place de la Concorde hicimos una pausa mientras Camille contaba por qué hay un obelisco egipcio en París. La mitad me pasó por encima, pero su entusiasmo lo compensaba todo.
No esperaba sentirme tan relajado al pasar junto al Grand Palais y Petit Palais—hay algo en no tener que caminar todo el tiempo que te hace fijarte en detalles: cómo la luz del sol acaricia la piedra antigua, o cómo los locales gesticulan al hablar. Un señor mayor nos saludó desde su bici y gritó algo amable (creo) en francés. Cuando llegamos a Les Invalides y escuchamos las historias sobre la tumba de Napoleón, mis piernas ya no temblaban. Éramos un grupo pequeño, solo ocho personas, así que nunca se sintió apresurado ni abarrotado.
De regreso hacia la Torre Eiffel, me di cuenta de que había dejado de preocuparme por lo ridículo que debía verme en un Segway y simplemente empecé a disfrutar de ser parte de París por un par de horas. Esa sensación me quedó más que cualquier souvenir.
El tour en Segway dura aproximadamente 2.5 horas.
Sí, se incluyen cascos (obligatorios), guantes, impermeable, cortavientos o chaqueta de forro polar si hace falta, todo incluido en el precio.
Visitarás sitios como la Torre Eiffel, Les Invalides (Museo del Ejército), Place de la Concorde, Grand Palais, Petit Palais, Pont Alexandre III y Pont de l’Alma.
Sí, la edad mínima es 14 años; los menores deben ir acompañados de un adulto.
Los grupos se limitan a 10 personas por guía para mayor comodidad y seguridad.
No, no incluye recogida en hoteles; el punto de encuentro es cerca de la Torre Eiffel.
No, no se requiere experiencia; el guía da instrucciones antes de empezar.
Tu tarde incluye el uso de un Segway con bolsa frontal para tus cosas y todo el equipo de seguridad: casco (obligatorio), guantes o chaquetas si hace frío o llueve, incluso mangas térmicas para las manos si es necesario. Un guía local te acompañará en un grupo pequeño por el centro de París, con muchas paradas para fotos y relatos en rutas icónicas antes de regresar al punto de partida cerca de la Torre Eiffel.
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