Recorre París en un carruaje privado con champán y mantas, pasando por iconos como la Torre Eiffel y Champs-Élysées. Ríe, escucha historias locales de tu cochero y disfruta momentos en los que París se siente más tranquilo de lo que imaginas. No es solo turismo, es compartir algo especial en silencio.
Li, nuestro cochero, nos saludó con un gesto de sombrero como si fuéramos viejos amigos (aunque yo apenas acertaba a decir “bonjour”). Los cascos del caballo resonaban en la Avenue de la Bourdonnais, no fuerte, sino con un ritmo tranquilo, casi relajante. Subimos al carruaje burdeos y no pude evitar sonreír ante lo surrealista que era recorrer París así. Li nos pasó una manta (hacía más frío de lo que esperaba para abril) y nos preguntó si queríamos el techo arriba o abajo — nos arriesgamos, esperando que no lloviera. Y no lo hizo, casi.
La ciudad se veía distinta desde esta perspectiva baja. La Rue St.-Dominique olía a pan recién hecho de alguna panadería oculta, y la gente en la acera sonreía o saludaba — un niño gritó “¡caballo!” señalando. Al cruzar el Pont Alexandre III, Li bajó el ritmo para que pudiéramos admirar las estatuas doradas que captaban los rayos de sol entre las nubes. Nos contó historias sobre los puentes y edificios antiguos en una mezcla de inglés y francés (entendí la mitad, pero no importaba). La palabra clave aquí es paseo privado en carruaje París — pero, honestamente, es difícil explicar lo silencioso y especial que se sentía todo por un momento.
Descorché el champán (incluido en la ruta Royal) mientras pasábamos por la Place Vendôme — casi lo derramo cuando el carruaje dio un bache cerca de la Rue de la Paix. Mi pareja se rió tanto que casi dejó caer su copa también. Había algo en ver todos esos lugares famosos — Champs-Élysées, Pont de l’Alma, o simplemente esquinas con puestos de flores — desde detrás de ese caballo tranquilo que los hacía sentirse menos postales y más reales. El paseo terminó cerca de la Torre Eiffel al caer el crepúsculo; aún recuerdo ese tramo final por la Avenue de Suffren donde todo se volvió dorado por un instante.
El paseo empieza cerca de la Avenue de la Bourdonnais, en el distrito 7.
El champán está incluido en la ruta Royal; revisa tu reserva para confirmarlo.
El carruaje tiene techo convertible para protegerte de la lluvia; también hay mantas si hace frío.
Debes llegar puntual; llegar 10 minutos tarde se considera no presentarse y no hay reembolso.
No, no incluye recogida; debes llegar por tu cuenta al punto de encuentro.
Sí, hay transporte público cerca del punto de encuentro.
El número móvil del cochero estará en tu email de confirmación para cualquier emergencia o reconfirmación.
Tu día incluye un paseo privado en carruaje por el centro de París con un cochero local amable que te guiará por lugares como Pont Alexandre III y Champs-Élysées; el champán está incluido en rutas selectas, además de mantas para el frío o cubierta si llueve — solo vístete para cualquier clima, ya que los paseos son todo el año.
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