Si buscas algo diferente en Burdeos—cata de vinos y juego de escape—esto es para ti. Reirás, aprenderás sobre enología y quizás ganes una botella para compartir después.
Llueva o haga sol, el camino de grava cruje bajo tus zapatos mientras subes hacia la antigua casa de piedra en Chateau Lamothe. Nuestro grupo estaba emocionado: algunos distinguían sus tintos de los rosados, otros simplemente disfrutaban la idea de descifrar códigos con una copa en la mano. Dentro, verás la colección de la familia Fabre en las paredes, y un leve aroma a barricas de roble mezclado con algo dulce—quizá las uvas, quizá la emoción.
El “Wine Gaming” arrancó rápido: nos dividimos en equipos (el nuestro tenía cinco), y al instante nuestro guía nos entregó un cryptex cerrado con llave y una hoja con pistas. Se sentía como un escape room, pero con más risas—y degustaciones. Cada acertijo nos hacía oler, girar la copa, adivinar variedades de uva e incluso emparejar aromas con frascos misteriosos. En un momento, escuché a alguien en otro grupo debatiendo si lo que olían era cereza o cuero (era cuero). ¿El último reto? Ahí la tensión subió—abrir el cryptex para liberar la botella premio. Lo logramos con segundos en el reloj.
¡Por supuesto! No se necesita conocimiento previo de vinos—los acertijos son divertidos para todos los niveles.
Los niños pueden venir; los bebés pueden quedarse en cochecitos o en brazos. La actividad está pensada para adultos, pero las familias son bienvenidas.
El juego suele durar entre 1 y 1.5 horas, según la rapidez con que tu equipo resuelva los enigmas.
Si tu equipo completa todos los desafíos, ganaréis una botella de la familia Fabre para disfrutar juntos.
Incluye todo lo necesario para el Wine Gaming: entrada, materiales para la cata, acertijos preparados por anfitriones locales y una botella de premio si ganáis. Solo trae tu curiosidad.
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