Saltas en piscinas azul eléctrico en Kawasan Falls, bajas el río con nuevos amigos y guías locales, comes platos filipinos caseros bajo la sombra y ríes en cada salto. Prepárate para zapatos embarrados y músculos cansados, pero también para sentirte parte de una familia por una tarde.
“¿Estás seguro de que estás listo para esto?” me preguntó Shoyo con una sonrisa mientras me probaba el casco — la verdad, no lo estaba. El aire alrededor de Kawasan Falls ya olía a tierra mojada, aunque aún no había llovido. Nuestro guía, Li, repartió los zapatos y bromeó sobre cómo muchos novatos se quedan paralizados en el primer salto. Desde lejos se escuchaban gritos de otro grupo — parte emoción, parte nervios, supongo. El agua tenía ese azul eléctrico que todos describen. No parecía real hasta que metí los dedos del pie.
El primer salto era solo de unos metros, pero mis piernas temblaban. Li contó en cebuano — “usa, duha, tulo!” — y saltamos juntos. El frío me dio un choque; salí tosiendo y riendo como un tonto. Bajar el río Matutinao fue entre tres y cuatro horas de trepar rocas resbalosas (me resbalé una vez y Shoyo me agarró del brazo), deslizarse por toboganes naturales, columpiarse como Tarzán en piscinas tan claras que podías ver tu cara de pánico reflejada. En un momento paramos a almorzar bajo unos árboles donde la mamá de Li había preparado enormes ollas de chicken adobo con arroz — nunca había probado un té helado tan dulce y ácido a la vez. También se sentía un ligero aroma a hierba limón.
No esperaba sentirme tan parte de una familia al terminar una excursión a Kawasan Falls desde Cebu. Todos se burlaban del estilo de salto de cada uno (el mío parecía “una rana asustada”), pero nadie se preocupaba si dudabas o necesitabas ayuda para subir una roca resbalosa. Simplemente seguíamos adelante juntos — a veces riendo tanto que costaba respirar.
En el último salto de la cascada mis brazos ya estaban cansados, pero casi no quería que terminara. El sol se colaba entre las hojas y todo brillaba en tonos verde y azul por un instante; era como estar dentro de un recuerdo que dura más que cualquier foto. Si estás pensando en hacer canyoneering en Cebu, no lo pienses demasiado — ve con gente que te haga sentir bienvenido (y que te alimente bien). Aún recuerdo ese té helado.
La experiencia dura entre 3 y 4 horas bajando el río Matutinao.
Sí, incluye comida filipina casera preparada por la mamá de Li y té helado dulce.
Se proporcionan zapatos especiales; lleva ropa cómoda que pueda mojarse.
Sí, el transporte privado está incluido para quienes salen desde Cebu.
Se requiere condición física moderada; no recomendable para embarazadas o personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, el casco, chaleco salvavidas y todo el equipo de seguridad están incluidos.
Tu día incluye transporte privado desde Cebu (o alrededores), todas las entradas y tasas, uso de zapatos para canyoneering y equipo completo de seguridad como casco y chaleco salvavidas — y lo mejor: un almuerzo filipino casero preparado por la mamá de Li con mucho té helado dulce antes de regresar cansado pero feliz.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?