Camina por las crestas altas de las Montañas Simien partiendo desde los mercados vibrantes de Gondar, observa de cerca a los monos gelada, comparte risas con tu guía y disfruta un almuerzo con vistas infinitas antes de regresar cómodo. Es una mezcla perfecta de esfuerzo y maravilla — un día que recordarás mucho tiempo.
Bajamos del minibús en Debark y el aire se siente diferente — no frío, pero sí más puro. Nuestro guía, Teshome, nos llamó a una pequeña caseta para tomar un café tan fuerte que me temblaban las manos, antes de tramitar los permisos. Desde el mercado cercano llegaba un murmullo constante — mujeres vendiendo pimientos verdes a granel, niños corriendo entre burros. Intenté comprar una naranja, pero me trabé con las monedas birr y terminé riendo con la vendedora. Tenía dientes de oro y me enseñó cómo se dice “naranja” en amárico, aunque lo olvidé al instante. Cosas que pasan.
El camino de Debark a la entrada del parque Simien es puro polvo y curvas cerradas. Conforme nos acercábamos, se veía ese precipicio salvaje, como si alguien hubiera cortado la tierra de lado. Allí conocimos a nuestro rastreador (casi no hablaba inglés, pero sonreía mucho) y empezamos a caminar hacia Buit Ras. El viento levantaba hierba seca que bailaba alrededor de nuestras botas. Al principio sentí las piernas pesadas — no sabía si era por la altura o los nervios.
Un poco más allá, entre un grupo de árboles de hipérico amarillo, Teshome se detuvo y susurró “geladas”. De repente estaban por todas partes: esos babuinos peludos tan cerca que casi podías oír cómo mordían la hierba. Un bebé intentó agarrar la correa de mi cámara; casi la dejo caer, lo que provocó risas entre todos, incluido nuestro rastreador. Los observamos durante largo rato — sus caras son tan humanas, ¿verdad? El silencio, salvo por el sonido de su masticar, me quedó grabado más que cualquier paisaje.
El último tramo hasta Chilkuwanit fue más duro — piedras sueltas bajo los pies y el sol dándonos de lleno en los ojos, como me pasó a mí. Pero al llegar al borde, todo se desploma en una bruma que cubre los campos muy abajo. Almorzamos sobre una roca plana (el pan sabía a polvo, aunque quizá era cosa mía) mientras los buitres giraban en círculos arriba. Después, el coche nos recogió y nos llevó de vuelta a Gondar mientras las nubes empezaban a cubrir el cielo. A veces, en casa, aún pienso en esos monos cuando todo está en silencio.
El trek dura entre 3 y 4 horas, más el tiempo de traslado entre Gondar, Debark y la entrada del parque.
Sí, casi seguro verás grupos de monos gelada durante la caminata.
Sí, el almuerzo está incluido en el tour.
La recogida se hace en el aeropuerto de Gondar o en hoteles de la ciudad.
Se recomienda tener una condición física moderada por la altura y el terreno irregular.
Podrías ver chacales comunes, antílopes klipspringer y aves como cuervos o buitres.
Si el tiempo lo permite, se puede visitar el mercado local de Debark antes de entrar al parque.
Sí, un guía profesional te acompaña durante todo el recorrido.
Tu día incluye recogida en tu hotel o en el aeropuerto de Gondar, todos los permisos de entrada gestionados por tu guía, agua embotellada para la caminata, seguridad con un rastreador oficial que se une al grupo en las Montañas Simien, un almuerzo para llevar que disfrutarás en uno de los mejores miradores de la cresta y transporte cómodo con aire acondicionado para el regreso a Gondar al final del día.
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