Te pararás ante la estatua de Lincoln, recorrerás los nombres en los muros de los memoriales, sacarás fotos frente a la Casa Blanca y el Capitolio, y escucharás historias de tu guía local mientras DC se despliega ante ti. También tendrás tus propios momentos tranquilos, tiempo libre para almorzar y recogida fácil desde Williamsburg.
Lo primero que recuerdo es a nuestro guía soltando un chiste sobre el café mientras subíamos al bus en Williamsburg — la verdad, lo necesitaba. Cuando llegamos a DC, la ciudad se sentía mucho más grande de lo que imaginaba. El Cementerio de Arlington estaba en silencio, solo se oían los pájaros y ese rumor lejano del tráfico que nunca desaparece aquí. Nuestro guía, Marcus (que parecía saber cada dato curioso), nos señaló la tumba de JFK y nos contó sobre la llama eterna. El aire olía a césped recién cortado y a algo dulce de un carrito de comida cercano.
Pararse frente a Lincoln en su memorial te deja sin palabras por un momento. Su expresión es tan serena que es imposible no sentirse pequeño. Pasamos la mano por la piedra fría del Memorial de Vietnam; alguien había dejado flores junto a un nombre. No pensé que me fuera a emocionar, pero ahí estaba. Las estatuas de la Guerra de Corea parecían a punto de moverse — la lluvia había dejado gotas en sus cascos y eso las hacía aún más reales.
Hicimos paradas rápidas para fotos en la Casa Blanca y el Capitolio (Marcus nos advirtió sobre la “suerte de estacionar en DC”, que básicamente significa que no cuentes con ello). El almuerzo fue tiempo libre — yo me escapé a comer un chili dog y ver pasar a la gente cerca del Teatro Ford. Es raro comer comida callejera justo donde ocurrió la historia. Más tarde, en el Memorial a Franklin Delano Roosevelt, Marcus leyó parte de un discurso de FDR y se escuchaba el agua de las fuentes detrás. Eso se me quedó grabado.
No dejo de pensar que cada rincón de Washington DC no es solo un monumento, sino la historia de alguien que vivió —o murió— ahí. Volvimos tarde, con las luces del bus iluminando caras cansadas. Si buscas una excursión de un día desde Williamsburg que realmente te haga sentir (y no solo marcar lugares en una lista), esta lo logra — aunque termines con los pies molidos.
El tour sale alrededor de las 9am y regresa entre las 8 y 10pm.
Incluye recogida en Williamsburg; revisa los detalles al reservar.
Visitarás el Cementerio de Arlington, el Memorial de Lincoln, los Memoriales de Vietnam y Corea, el Memorial FDR, el Memorial Dr. King, el Teatro Ford, la Casa Blanca y el Capitolio.
El almuerzo no está incluido; tendrás tiempo libre para comer por tu cuenta.
Sí, el transporte y todos los lugares visitados son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, los bebés pueden ir en brazos de un adulto o en cochecito.
Tendrás unas dos horas de tiempo libre por la tarde para almorzar o explorar.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en vehículo climatizado con recogida en Williamsburg, visitas guiadas a los principales monumentos y memoriales de Washington DC como el Memorial de Lincoln y la Casa Blanca, además de tiempo para fotos y explorar por tu cuenta antes de regresar por la tarde.
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