Recorre en bici los barrios históricos de Tucson con un guía local, parando en murales, estaciones antiguas y calles de adobe. Un paseo fácil y plano, lleno de historias, con agua y equipo incluidos. Quizá te quedes un rato bajo la sombra de una iglesia centenaria o rías con nuevos amigos mientras pasas junto a parrillas en patios traseros.
Hay un momento cuando vas bajando despacio por una calle estrecha en Barrio Viejo — el sol reflejándose en puertas turquesa desgastadas, el aroma del mezquite que sale de una parrilla en el patio de alguien — y sientes que estás dentro de una pintura. Nuestro guía, Matt, saludó a un señor mayor que regaba sus cactus (sí, aquí sí lo hacen), y luego señaló un mural que seguro me habría perdido si parpadeaba. La ciudad se siente diferente desde el asiento de una bici. Más pausada, de alguna forma.
Empezamos en la antigua estación del Southern Pacific. Tiene un eco especial — no solo de trenes, sino de la gente que ha entrado y salido por más de un siglo. Matt también nos habló de El Presidio, cómo esos muros gruesos de adobe han resistido más que la mayoría de los edificios. Traté de imaginar cómo sería Tucson antes de que llegaran los autos. En una parada, dejamos las bicis y nos dio agua fría (la necesitábamos — el aire del desierto seca rápido). Había una iglesia que todos llaman el corazón espiritual del pueblo; no soy religioso, pero había algo reconfortante en estar un rato bajo su sombra.
¿Lo mejor? Nada de cuestas — solo terreno plano, unas ocho millas en total, pero nunca se sintió largo. Pedaleamos un tramo por “the loop”, un carril bici donde familias pasaban en patines y un niño tocaba la campana como si fuera dueño del lugar. Alguien preguntó por lugares para comer cerca y Matt nos recomendó tres sitios donde realmente comen los locales (los anoté, aunque seguro los escribí mal). Todo duró unas dos horas, pero la verdad es que podría haber seguido si mis piernas no se hubieran quejado. Aún recuerdo esas puertas azules y lo silenciosa que se sentía la ciudad lejos del tráfico.
El tour guiado dura entre 2 y 2½ horas.
Recorrerás unas 8 millas por terreno mayormente plano.
Sí, es tranquilo y apto para todos los niveles de condición física.
Incluye guía local profesional, uso de bicicleta y casco, además de agua embotellada.
No, la bicicleta y el casco están incluidos en la reserva.
Los ciclistas deben medir entre 1.42 m y 1.98 m (se recomienda más de 1.52 m) y pesar menos de 118 kg.
No incluye recogida; hay opciones de transporte público cerca.
La altura mínima recomendada es 1.42 m.
Tu paseo incluye una bicicleta cómoda y casco, agua embotellada que te dará el guía local durante el recorrido, y varias paradas para disfrutar de las historias y vistas de los barrios de Tucson, terminando en el punto de inicio.
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