Evitarás las filas en la frontera, desayunarás junto al mar, degustarás vino directamente en viñedos locales de Valle de Guadalupe y (para grupos grandes) terminarás con una cena auténtica en la principal región vinícola de México.
Cruzar a México fue pan comido: nuestro guía tenía un pase especial, así que pasamos la frontera en menos de 20 minutos. Nada de esperas eternas ni estrés. El aire de la mañana olía a sal mientras avanzábamos por la costa, con las ventanas abajo, captando ese leve aroma a algas y tortillas frescas de un puesto a la orilla del camino. Paramos en un pequeño café junto al agua para el brunch—nada sofisticado, solo café fuerte y huevos rancheros con vista a pelícanos rozando las olas.
Al mediodía, ya serpenteábamos por el Valle de Guadalupe. Las colinas se veían secas pero, de alguna manera, verdes al mismo tiempo—viñas por donde miraras. Nuestra primera cata fue en un viñedo familiar pequeño; su Syrah tenía un toque picante que no esperaba. El propio enólogo sirvió nuestras copas y nos contó cómo su padre empezó a plantar aquí en los años 80. En la siguiente parada probamos Tempranillo bajo la sombra de un olivo mientras un par de perros dormían cerca. Si te animas, puedes añadir más catas después de estas dos—solo pregunta a tu guía.
Para la cena (si son tres o más), es una comida formal en uno de esos restaurantes del valle de los que todos hablan—piensa en pulpo a la parrilla y tablas de quesos locales mientras el sol se esconde tras las colinas. Los grupos más pequeños también pueden parar a comer si quieren; todo es bastante flexible. Solo prepárate para unas cuatro horas de camino en cada trayecto, pero honestamente, el tiempo vuela cuando compartes historias y ves pasar Baja por la ventana.
El trayecto es de aproximadamente 4 horas y 15 minutos por cada lado. Con paradas para brunch, catas y cena, planea pasar la mayor parte del día explorando.
La cena está incluida para grupos de tres o más. Los grupos más pequeños pueden parar a cenar si quieren, pero no está incluida en el precio del paquete.
¡Claro! Los animales de servicio son bienvenidos en esta excursión.
No, no lo necesitas porque tu guía tiene un pase especial para agilizar el proceso. Pero avísales si tienes Global Entry o SENTRI de todas formas.
Este tour incluye transporte privado todo el día, brunch en la costa para empezar con buen pie, dos catas en viñedos seleccionados (con posibilidad de más paradas) y—para grupos de tres o más—una experiencia completa de cena en Valle de Guadalupe. ¡También se permiten animales de servicio!
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