Navega por los pantanos de Barataria en Luisiana en un barco cubierto con guía local que narra cada rincón del bayou. Observa caimanes y aves, pasa por cementerios y pueblos cajún, y disfruta historias reales de quienes crecieron aquí. A veces tranquilo, otras lleno de risas y cantos de aves, te dejará con ganas de más tiempo en el agua.
Me desperté con el suave golpeteo del agua contra el costado de nuestro barco en el pantano, a las afueras de Nueva Orleans. El aire se sentía denso, como si llevara siglos de relatos guardados. Nuestro capitán —a quien todos llamaban “Big Mike”— se apoyó en la barandilla y señaló un sendero estrecho entre los juncos. “Ahí pescaba mi tío los cangrejos de río,” dijo sonriendo. Un aroma terroso, casi dulce, venía de los cipreses que nos cubrían. No me lo esperaba.
Los pantanos de Barataria tienen esa magia que te hace perder la noción del tiempo. Pasamos junto a un antiguo montículo funerario indígena —casi no lo vi porque me distrajo una garza que se mantenía en equilibrio con una pata en el barro. Big Mike nos contó sobre las familias cajún que aún usan estos canales como sus carreteras. Saludó a un hombre en otra barca plana que gritó algo en inglés con acento francés; aquí todos se conocen. Intenté captar algunas palabras, pero la verdad es que estaba más pendiente de los caimanes (vimos dos tomando el sol como si fueran los dueños del lugar).
No todo fue silencio y naturaleza: en un momento, un niño cerca de mí dejó caer su jugo y rodó por el pasillo; su mamá se disculpó, pero Big Mike se rió y le pasó una servilleta que sacó del bolsillo. Hay algo especial en estar aquí con locales que hace que todo se sienta menos como un tour y más como acompañar a alguien en su día a día. La luz cambiaba entre las ramas cubiertas de musgo, a veces dorada, otras verde grisácea —esa imagen me acompaña cuando cierro los ojos por la noche.
No, no incluye recogida en hotel; debes llegar al punto de partida para comenzar la aventura en barco.
No, no se garantiza ver caimanes, ya que hibernan en invierno, pero se ven fácilmente de primavera a otoño.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas, incluyendo los baños a bordo.
El trayecto sigue el río Mississippi; el tiempo exacto depende del tráfico, pero suele ser menos de una hora desde el centro de Nueva Orleans.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carriola durante el recorrido.
Se permiten animales de servicio, pero no animales de apoyo emocional.
Podrás ver aves, serpientes, tortugas, mamíferos peludos y caimanes, según la temporada.
Sí, los barcos tienen techo y ventanas que se pueden subir o bajar según el clima.
Tu día incluye un tour completo en barco por el pantano con guía local profesional a bordo de una embarcación cubierta y cómoda — con asientos acolchados, ventanas ajustables para cualquier clima, baños a bordo y espacio para caminar mientras recorres los humedales de Luisiana cerca de Nueva Orleans.
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