Recorrerás cañones al aire libre con un guía local, harás paradas en petroglifos ancestrales, comerás junto al río Colorado y descubrirás arcos ocultos que casi nadie ve. Prepárate para risas, polvo rojo en los zapatos y recuerdos que perduran.
Sinceramente, no esperaba empezar el día con un Rice Krispy Treat en medio del desierto de Utah, pero así fue. Nuestro guía, Mike (que creció justo a las afueras de Moab), los repartió mientras avanzábamos por el primer tramo de camino de tierra. El aire olía a salvia seca y polvo al sol, y se escuchaba un murmullo bajo del río abajo, que casi pasaba desapercibido si no prestabas atención. Apenas habíamos dejado la ciudad y ya mis zapatos estaban cubiertos de ese polvo rojo.
La primera parada real fue en unos paneles de petroglifos antiguos — Mike los llamó “historias en piedra,” y aunque sonó a cursilería, cambió cuando lo vi seguir uno con el dedo (sin tocar, solo rozando). Nos contó sobre la gente que los grabó hace siglos, y me encontré entrecerrando los ojos para tratar de adivinar su significado. Fue un momento de silencio; hasta los niños del grupo parecían sentirlo. Hasta que alguien sonó el móvil y nos echamos a reír — adiós al silencio sagrado.
Seguimos recorriendo cañones que parecían mucho más grandes de lo que muestran los mapas. En un momento paramos bajo un arco — no uno de esos famosos que salen en las postales, pero igual de impresionante en el cielo despejado. El viento se levantó y movió la hierba seca alrededor de mis tobillos. Mike señaló una torre que los locales llaman “el Centinela” (seguramente no la habría notado sin su ayuda). En ese momento tenía la cara quemada por el sol y perdí la noción del tiempo — justo lo que se busca en una excursión así desde Moab.
Sigo pensando en ese tramo junto al río Colorado, donde todo quedó en silencio excepto el ruido de las ruedas sobre la grava. No fue espectacular ni nada por el estilo — simplemente una paz que no esperaba. Si buscas una aventura off-road en Moab para empaparte de colores extraños e historias antiguas en vez de emociones fuertes, éste es tu plan. Y sí, además te dan snacks y agua.
Sí, puede participar gente de todas las edades, desde bebés hasta abuelos.
Sí, hay agua embotellada y Rice Krispy Treats para picar.
Sí, puedes escoger entre las rutas Long Canyon o Hurrah Pass.
Sí, los vehículos son accesibles y tienen asientos especiales para bebés.
Hasta 13 personas; grupos pequeños usan vehículos privados.
Panoramas de cañones, paneles de petroglifos, arcos, torres de roca roja y vistas al río Colorado.
Tu día incluye recogida en Moab con un guía local que comparte historias en el camino; agua y Rice Krispy Treats para los snacks; paradas en sitios de petroglifos, miradores de cañones, arcos y torres; y asientos cómodos en vehículo privado al aire libre o transporte grupal según tu grupo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?