Saldrás de San Antonio hacia las carreteras rurales del Texas Hill Country con un guía local, recorrerás LBJ Ranch y verás su avión JetStar de cerca, probarás sabores alemanes o vinos en Fredericksburg a tu ritmo, y terminarás el día con música en vivo y cerveza fría bajo los robles en Luckenbach.
Sentí que algo cambiaba al dejar atrás San Antonio—quizá fue la luz de la mañana iluminando las ondulantes carreteras del Texas Hill Country, o tal vez nuestro guía, Mark, que no paraba de contar anécdotas de vaqueros y rodeos como si él mismo las hubiera vivido. El aire olía a cedro y flores silvestres (o al menos eso quería imaginar), y me sorprendí sonriendo al ver un viejo molino girando lentamente contra el cielo. Es curioso—siempre pensé que Texas era plano y seco, pero aquí hay colinas suaves y un verde inesperado.
Paramos en LBJ Ranch, que la verdad solo conocía de las clases de historia. Caminar por sus terrenos fue una sensación extraña—una calma que solo los espacios abiertos grandes pueden dar. Hay un hangar donde está el JetStar de Lyndon B. Johnson (lo llaman “Air Force One-Half”, algo que me hizo gracia). Nuestro guía nos mostró una foto de Lady Bird plantando flores silvestres cerca; casi podía escuchar su voz en la brisa. Dentro del hangar-exposición, te asoman pequeñas ventanas a su vida—botones de campaña antiguos, mapas descoloridos—y hay un corto documental si quieres sentarte un rato. Yo lo hice. Fue un buen momento para simplemente escuchar.
Luego llegó Fredericksburg—un pueblo alemán en medio de Texas, algo que no esperaba. Aquí estás libre para almorzar o pasear a tu ritmo (yo fui directo a unas salchichas en un biergarten; la mostaza casi me despeja los senos). Hay catas de vino por todos lados, y entré en una para escapar un momento del sol. La mujer que servía me contó de su viñedo familiar cerca de Stonewall—sus manos se movían rápido mientras hablaba, como si amasara pan en vez de describir uvas. Me gustó eso.
La última parada fue Luckenbach—un lugar pequeño, pero donde parecía que todos ya se conocían. Desde detrás de la vieja tienda general llegaba música country, gente riendo con cervezas en un patio de madera bajo luces que parecían llevar ahí toda la vida. Intenté un two-step con un desconocido (mal, por cierto), y luego me senté afuera con una Shiner Bock fría, escuchando guitarras y grillos un rato. Aún recuerdo esa sensación—una especie de pertenencia fácil que no se encuentra en cualquier lado.
El tour sale alrededor de las 8:30 AM desde hoteles en el centro de San Antonio y regresa por la tarde o temprano en la noche.
Sí, incluye recogida y regreso en hoteles del centro de San Antonio.
No, las visitas al interior están suspendidas por reparaciones; pero puedes recorrer los terrenos y las exposiciones del rancho.
Las catas en Fredericksburg son opcionales y no están incluidas en el precio base.
No hay almuerzo incluido; tendrás tiempo libre en Fredericksburg para elegir dónde comer o probar restaurantes locales.
Sí, es accesible y apto para todos los niveles de condición física.
El idioma principal es inglés; otros idiomas pueden estar disponibles bajo petición y con costo extra.
Tu día incluye recogida y regreso en hoteles del centro de San Antonio desde las 8:30 AM, transporte en vehículo con aire acondicionado y guía en vivo que comparte historias locales por carreteras panorámicas, entrada a LBJ Ranch con acceso a exposiciones y proyección de película, tiempo libre en Fredericksburg para almorzar o hacer catas opcionales de vino, y cierre en Luckenbach con música country en vivo antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?