Viaja en un auténtico tranvía de 1914 por los viñedos de Temecula, prueba vinos servidos por productores locales—directo de barrica—y escucha historias de guías que conocen cada rincón. Risas, nuevos amigos y quizá una pizza al final si eliges Black Market Brewery para bajarte.
Lo primero que me llamó la atención fue el tintineo de la campana del tranvía antiguo resonando en el estacionamiento — ese sonido tiene algo especial que te pone los nervios de punta, para bien. Subimos a ese tranvía rojo brillante de 1914 (no paraba de tocar la madera, esperando encontrar astillas, pero estaba suave), y nuestra guía, Sarah, sonreía como si llevara toda la semana esperando ese momento. Me senté junto a la ventana abierta; se mezclaba el aire cálido del valle con un leve olor a aceite de motor. No era desagradable, sino… auténtico.
La primera parada fue una bodega boutique escondida entre hileras de vides, donde el mismo enólogo nos sirvió Viognier directo de la barrica. Nos contó cómo las barricas le dan ese toque cremoso—intenté asentir como si entendiera, pero la verdad es que me distrajo más lo fresco de la bodega y cómo las voces bajaban a un susurro ahí abajo. Sarah nos fue contando la historia de Temecula entre sorbos. Tiene esa habilidad de hacerte interesarte por cosas que ni imaginabas. En un momento se rió cuando intenté pronunciar “Roussanne” (y aún no creo haberlo logrado).
En la segunda o tercera cata —ya perdí la cuenta— terminamos afuera de nuevo, mirando el valle mientras un perro se paseaba entre nuestras piernas. El sol brillaba fuerte sobre las colinas, pero una brisa fresca mantenía todo cómodo. Hay algo en beber Syrah descalzo sobre el césped que hace que el tiempo se sienta extrañamente lento.
Terminamos en Black Market Brewery con pizza (incluida si eliges ese lugar para bajarte). Honestamente, después de tanto vino, la pizza supo a pura magia. No dejo de pensar en cómo todos en el grupo ya se sentían como amigos —aunque solo nos conocíamos de unas horas— y en lo surrealista que es recorrer Temecula en un tranvía antiguo y que a la vez se sienta tan natural.
El tour dura cinco horas de principio a fin.
Sí, todas las catas de vino están incluidas en tu reserva.
No se incluye comida, pero si eliges Black Market Brewery para bajarte, tienes happy hour de pizza gratis después del tour.
No hay recogida en hoteles; el punto de encuentro es en lugares designados como Black Market Brewery.
Probarás variedades como Viognier, Roussanne, Garnacha y Syrah—algunas veces directo de barricas o tanques.
Sí, tu anfitrión te acompaña todo el día para contar historias y explicar los vinos y la historia local.
El tour es apto para todos los niveles físicos, pero implica subir y bajar del tranvía vintage.
El itinerario puede variar según disponibilidad; las paradas finales se confirman un día antes.
Tu día incluye todas las catas en cada parada del recorrido por Temecula y la guía experta de los anfitriones—si eliges Black Market Brewery como punto de encuentro de domingo a viernes, también tendrás happy hour de pizza gratis al terminar antes de volver a casa satisfecho (y tal vez un poco bronceado).
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