Sube a un trolley al aire libre en Sonoma Valley para un día lleno de risas, vistas a viñedos, tres catas en bodegas únicas con guías locales, y un almuerzo relajado entre las vides. Disfruta buena compañía, historias reales detrás de cada copa y momentos para guardar en la memoria, especialmente cuando el sol cae justo en el lugar perfecto.
No esperaba que lo primero que me llamara la atención en Sonoma Valley fuera el sonido: ese timbre antiguo del tranvía sonando mientras subíamos al trolley al aire libre, todos con sonrisas de niños. Los asientos crujían un poco y se sentía un aroma suave a madera calentada por el sol mezclado con algo floral en el aire. Nuestro guía, Mark, repartió botellas de agua (“¡hidrátate entre catas!”) y señaló un granero viejo que, según dijo, sobrevivió al terremoto de 1906. Intenté imaginar cómo sería entonces, pero terminé distraído con las filas interminables de vides bajo ese cielo brillante de California.
El paseo fue casi demasiado relajado: viento en el pelo, conversaciones sueltas sobre vinos favoritos o “esa vez en Napa”. En cada bodega, alguien del personal nos recibía (creo que en la segunda fue Carla) y nos guiaba por sus degustaciones. No soy experto en vino; confundía pinot con cabernet, pero a nadie le importaba. En el almuerzo —sándwiches y ensaladas en un patio con sombra— hubo un momento en que percibí un aroma a romero cerca y me quedé en silencio, solo escuchando el tintinear de copas y el canto de los pájaros. Un instante perfecto.
En la tercera bodega ya estábamos compartiendo historias como viejos amigos (quizá fue el chardonnay). Mark nos contó sobre su tío, que antes cosechaba aquí cuando todo era más sencillo. Alguien preguntó si podíamos tomar fotos con el trolley y él se rió: “Solo si prometen no caerse.” Al final hicimos una foto grupal, con narices quemadas por el sol y todo. El regreso fue más tranquilo, quizá un poco somnoliento, pero aún recuerdo cómo las colinas pasaban rodando y pensaba en lo distinto que se siente el país del vino cuando estás ahí, en vez de solo leer sobre él en internet.
Visitarás tres bodegas diferentes durante el tour.
Sí, el almuerzo está incluido en una de las paradas en la bodega.
El tour empieza a las 10:00 AM y termina alrededor de las 4:30 PM.
No, las tarifas de cata no están incluidas; espera pagar entre $30 y $40 por bodega.
No se menciona recogida en hotel; el embarque es en un punto fijo en Sonoma Valley.
No se recomienda para personas embarazadas.
Debes tener 21 años o más para unirte a este tour de vino en Sonoma.
El tour se realiza con lluvia o sol; lleva chaqueta o impermeable en invierno.
Tu día incluye tarifas y impuestos para el trolley al aire libre por los viñedos de Sonoma Valley, además del almuerzo en una de las bodegas del recorrido. Las catas no están incluidas, se pagan aparte en cada parada, y la propina queda a tu criterio. Indica cualquier necesidad alimentaria al reservar para que preparen tu almuerzo con anticipación.
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