Viaja desde Skagway hasta el Yukon, con paradas para admirar vistas salvajes, cruzar el Puente Colgante del Yukon y conocer mushers de perros de trineo con sus cachorros. Prepárate para cruzar la frontera con pasaporte, hacer fotos en lugares históricos de la Fiebre del Oro y compartir con locales que conocen estas rutas al dedillo. La experiencia de sostener un cachorro husky o estar sobre el río rugiente te acompañará mucho tiempo.
¿Conoces ese silencio raro justo antes de que un autobús arranque? Así empezó nuestro combo triple Skagway & Yukon — todos parpadeando mirando las colinas verdes y brumosas, medio dormidos. Nuestra guía, Jen (que creció aquí), nos fue señalando los edificios antiguos de la Fiebre del Oro mientras cruzábamos el pueblo. Yo seguía oliendo el aroma a abeto por la ventana entreabierta. Es curioso cómo Alaska se siente a la vez inmensa y cercana — como si fueras parte de un secreto, aunque haya otros turistas alrededor.
La carretera hacia White Pass es pura curva tras curva y vistas que aparecen de repente — parches de nieve aferrados a la roca negra, nubes que corren rápido sobre nosotros. Jen paró para fotos en la cima; yo batallaba con el móvil porque tenía las manos aún heladas. Hubo un instante en que el viento apagó todas las voces y solo se escuchaba el agua corriendo abajo (¿serían las cataratas Pitchfork?). Luego cruzamos a Canadá — los guardias fronterizos revisando pasaportes con esa seriedad educada tan canadiense. No esperaba sentirme tan lejos de casa solo por cruzar una línea.
En el campamento de perros de trineo de Tutshi Lake olía a pelo mojado y humo de leña. El musher nos dejó sostener un cachorro — un latido cálido en mis manos que me alegró el día. Li se rió cuando intenté decir “hola” en mandarín a otro viajero; seguro lo dije fatal pero ella sonrió igual. Algunos hicieron la ruta en trineo mientras nosotros fuimos al gran cartel de “Welcome to Yukon” (había artesanías de las Primeras Naciones — cuentas de colores que me arrepiento de no haber comprado). Luego tocó el Puente Colgante del Yukon; estar sobre ese río me hizo temblar las piernas más de lo que admitiría. El almuerzo no estaba incluido, pero en la cafetería había café, que después de tanto viento supo a gloria.
Sigo pensando en esas montañas — cómo cambiaban cada vez que el sol asomaba o se escondía tras las nubes. Es difícil de explicar, pero esa sensación se queda más que cualquier foto.
Sí, cruzarás a Canadá y regresarás — lleva un pasaporte válido.
¡Sí! Visitarás el campamento de perros de trineo en Tutshi Lake donde podrás conocer mushers y jugar con cachorros husky.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay una cafetería en la parada del Puente Colgante donde puedes comprar comida o café.
El viaje incluye varias paradas panorámicas por la Klondike Highway; la duración total varía, pero calcula casi todo el día.
Viajarás en van o autobús turístico según el tamaño del grupo.
Sí, la recogida y regreso en los muelles de cruceros de Skagway está incluida en la reserva.
Sí, hay baños en paradas principales como el campamento de Tutshi Lake y la cafetería del puente colgante.
Tienes más chances que en otros tours — mantén los ojos abiertos mientras recorres las montañas.
Tu día incluye recogida y regreso en los muelles de cruceros de Skagway, narración guiada por carreteras montañosas con muchas paradas para fotos (cataratas y sitios históricos de la Fiebre del Oro), entrada al campamento de perros de trineo Tutshi Lake — con tiempo para conocer mushers y cachorros husky — y acceso completo al Puente Colgante del Yukon con miradores, pasarelas, baños, tienda de regalos y cafetería antes de regresar al pueblo.
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