Sube desde la pintoresca calle principal de Skagway por pasos montañosos salvajes hasta la cima de White Pass, con paradas para fotos en cascadas rugientes y señales fronterizas. Con un guía local que comparte historias y bromas, y recogida directa en tu crucero, sentirás la bienvenida y la maravilla de estos paisajes imponentes.
"Si miras bien, todavía puedes ver las huellas de los carromatos de 1898", nos contó Tom, nuestro guía, con media sonrisa mientras avanzábamos por Broadway. Apenas me acomodé cuando empezó a señalar viejos salones y tiendas desgastadas—de alguna forma toda la calle olía a abeto y café. Es curioso, siempre imaginé Alaska solo con montañas y hielo, pero Skagway tiene un encanto muy vivido. Una mujer saludaba desde su porche con un impermeable rojo; le dijo algo a Tom que no entendí. Él se rió y nos dijo que aquí todos se conocen.
La subida por la Klondike Highway parecía irreal—como si alguien subiera el contraste afuera. Paramos para fotos en Pitchfork Falls (el ruido era mucho más fuerte de lo que esperaba), luego en Moore Bridge donde el viento soplaba tan fuerte que casi se lleva mi gorra hacia Canadá. En el cartel de “Welcome to Alaska”, Tom se ofreció a sacarnos una foto—nos acomodó para que las montañas detrás parecieran casi irreales. El aire era fino y cortante; sentí un sabor metálico en la lengua. Alguien intentó pronunciar Tormented Valley en Tlingit y lo hizo fatal—la risa de Tom resonó entre las rocas.
No esperaba que se pusiera tan silencioso cerca de la cima. Hubo momentos en que nadie hablaba, solo mirábamos cómo la niebla se deslizaba sobre parches de nieve y escuchábamos el agua correr en algún lugar abajo. De regreso, paramos en un mirador en la ladera—podías ver todo Skagway desplegado como un pueblo de juguete, con los cruceros atracados como enormes escarabajos blancos. Tenía las manos congeladas pero no podía dejar de mirar. Es curioso qué se queda contigo; a veces no son las vistas grandes, sino esa sensación de pequeñez en un lugar lleno de historia.
El tour dura aproximadamente 2.5 horas desde la recogida hasta el regreso.
Sí, se incluye recogida y regreso en todos los muelles principales de cruceros en Skagway.
Se llega hasta la frontera entre EE.UU. y Canadá en White Pass, pero no se entra a Canadá.
No hay paradas específicas para baños; las instalaciones pueden ser limitadas en la ruta.
Sí, los bebés pueden participar pero deben ir en el regazo de un adulto o en cochecito.
Necesitarás pasaporte o identificación válida para reingresar a EE.UU.; lleva ropa abrigada por el clima cambiante.
Se hacen entre 5 y 6 paradas para fotos, según el clima y el estado del camino.
Verás Pitchfork Falls, Bridal Veil Falls, Moore Bridge Overlook, Tormented Valley y más a lo largo de la Klondike Highway.
Tu día incluye transporte de ida y vuelta en van o autobús turístico con varias paradas panorámicas por Broadway y hasta White Pass Summit, narrado por un guía local que te ayudará con las fotos (incluso en el famoso cartel “Welcome to Alaska”), además de recogida y regreso cómodos en el muelle de tu crucero antes de volver a bordo.
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