Supera más de 80 obstáculos en altura entre los viejos robles de Santa Barbara: sube escaleras, cruza puentes de cuerda, siempre con guías locales listos para ayudarte (y quizá reír contigo). Incluye equipo y charla de seguridad para que solo te concentres en el reto — y en esa sensación silenciosa cuando te das cuenta de que realmente lo estás logrando.
No pensé que me gustaría colgarme a veinte metros de altura en un bosque de robles cerca de Santa Barbara, pero ahí estaba, con el casco un poco torcido y las palmas sudando antes de engancharme. El arnés me quedaba ajustado (quizá demasiado al principio) y nuestra guía, Jamie, sonrió y dijo: “Se te olvidará cuando empieces a moverte.” Nos enseñó a enganchar doble las líneas de seguridad — yo la liaba la primera vez y murmuré algo sobre los nervios. Jamie solo asintió, como si lo hubiera visto mil veces. Seguro que sí.
La primera ruta era supuestamente fácil, pero incluso esos puentes de cuerda bajos se movían más de lo que esperaba. Se olía la madera — robles viejos mezclados con el sol seco de California — y abajo alguien se reía tan fuerte que hasta resoplaba. Eso me hizo reír también, y ayudó. En el segundo nivel, los brazos ya me ardían un poco y los zapatos me resbalaban en una de esas escaleras tambaleantes. Hay un momento en que estás a mitad de un tronco colgante y solo escuchas tu respiración y quizá un halcón volando arriba. No sé si era miedo, emoción o las dos cosas.
Jamie siempre estaba cerca — a veces gritando consejos (“¡Inclínate hacia atrás! ¡Confía en el arnés!”), otras solo levantando el pulgar desde abajo. ¿La parte más dura? La última serie de obstáculos donde tienes que mantener el equilibrio en lo que parece aire. Casi me rindo, pero un chaval detrás me animó (debería haber preguntado su nombre). Mis manos olían a metal por las pinzas horas después. Terminamos sudando, riendo y, la verdad, con una satisfacción tranquila, nada ostentosa. Todavía recuerdo esa vista entre las ramas cuando cierro los ojos por la noche.
La experiencia dura hasta 2 horas desde el inicio hasta el final.
Sí, hay guías distribuidos por todo el circuito para ayudar cuando sea necesario.
Sí, todos los participantes reciben arnés y casco.
Algunos obstáculos llegan hasta 20 metros sobre el suelo.
Sí, hay cuatro rutas principales con obstáculos desde fáciles hasta muy difíciles.
No, el circuito no es accesible para sillas de ruedas; solo las zonas de observación cumplen con la ADA.
Se recomienda un nivel moderado de forma física para participar.
No incluye comidas; solo equipo y guía.
Tu día incluye arnés y casco de seguridad, además de una charla completa antes de empezar a escalar. Guías locales estarán contigo durante todo el recorrido para ayudarte o animarte mientras superas más de 80 obstáculos aéreos entre los robles centenarios de Santa Barbara.
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