Recorre el centro de San Diego y luego salta a la bahía en un vehículo anfibio con guía en vivo. Observa leones marinos descansando en boyas, escucha historias locales, y disfruta vistas icónicas como Point Loma y el Museo Marítimo, todo sin cambiar de asiento. Prepárate para risas, aire salado y momentos inolvidables.
Casi pierdo el inicio porque me distraje con un músico callejero frente a Seaport Village — la verdad, su saxofón sonaba mucho más tentador que los recordatorios de mi teléfono. Pero alcancé a llegar justo a tiempo para subir a esa gran nave azul llamada Hydra Terra (parece un autobús intentando ser barco). Nuestra guía, María, nos recibió con un cálido “¡Llegaste!” que me hizo sentir menos turista atrasado y más como un amigo que siempre anda corriendo.
La primera parte fue un recorrido por el centro de San Diego, con las ventanas abiertas y el sol reflejándose en los edificios de cristal. Hubo un momento en que se mezclaron el olor a escape de autos y el aire del mar — raro pero reconfortante. María señaló el Museo Marítimo y un barco antiguo cuyo nombre olvidé (perdón), pero lo que más me quedó fue su historia sobre Point Loma y cómo los marineros usaban el faro para reconocer su hogar. Saludó a un par de ciclistas en el Embarcadero; ellos respondieron con una sonrisa, lo que me sorprendió. ¿Será que la gente es más amable cerca del agua?
Luego llegó el momento del chapuzón — literalmente, entramos directo a la bahía de San Diego. El vehículo se estremeció y todos soltamos una mezcla de risa y sorpresa. El agua nos acariciaba y el ruido de la ciudad desapareció. Escuché gaviotas volando y ese toque salado en el aire que siempre me trae recuerdos de veranos de niño. Navegamos junto a unos leones marinos de California descansando en boyas — uno bostezó tan grande que parecía fingido. María compartió datos sobre los barcos militares cercanos (al fondo se veía el USS Midway), pero yo estaba más atento a cómo brillaba el sol sobre el agua.
Nos quedamos un rato flotando antes de volver a tierra, y no podía dejar de pensar en lo extraño que era ver rascacielos a un lado y la bahía abierta al otro, todo desde el mismo asiento. No fue perfecto (alguien detrás dejó caer la tapa de su lente al agua; espero que a los leones marinos no les importe el souvenir), pero quizá eso es lo que hace que este tipo de tours se queden en la memoria. Sigo recordando ese primer chapuzón, la verdad.
El tour dura aproximadamente 1 hora y 45 minutos.
Puedes salir desde Seaport Village o el Embarcadero en San Diego.
Sí, un guía local ofrece narración en vivo durante todo el recorrido.
Sí, pasarás por zonas donde los leones marinos de California suelen descansar en las boyas.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Se permiten animales de servicio; sin embargo, no se admiten animales de apoyo emocional ni mascotas.
Llega 30 minutos antes de la hora de salida; en temporada alta, considera llegar una hora antes si necesitas estacionamiento.
No incluye recogida en hotel; los pasajeros se reúnen en el punto de salida elegido.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carriola durante el recorrido.
Tu día incluye un recorrido anfibio narrado de 1 hora y 45 minutos por las calles del centro de San Diego y la bahía, pasando por lugares como Point Loma, Embarcadero, Museo Marítimo, Harbor Islands, con todos los impuestos incluidos. Solo haz check-in en tu punto de salida y disfruta con tu guía sin cambiar de vehículo ni preocuparte por la accesibilidad.
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