Deslízate por los canales escondidos de Coronado Cays en tu propia góndola privada con un guía local al timón. Disfruta vino o bebidas sin alcohol (puedes llevar las tuyas), prueba chocolates y contempla la bahía de San Diego y el puente Coronado si el clima lo permite. Es un momento de paz, muy personal, como entrar a otro mundo por una hora.
No esperaba sentirme tan lejos de San Diego solo por subir a esa góndola negra. El aire era salado pero suave, y nuestro gondolero — se llamaba Marco, un nombre que encajaba perfecto — nos ofreció mantas sin hacer ningún drama. Llevamos nuestra propia botella (ellos la enfrían si se lo pides) y mientras navegábamos por los canales de Coronado Cays, escuché a alguien haciendo una parrillada en su patio. Olía a ajo y algo dulce — no era Venecia, pero la verdad me gustó más así.
El agua estaba más tranquila de lo que imaginaba. Casi olvidas que estás a solo unos kilómetros del centro. Marco tarareaba alguna canción italiana de vez en cuando; intenté acompañarlo una vez y me arrepentí al instante (se rió). El sol estaba lo suficientemente bajo para teñirlo todo de dorado — hasta las pequeñas ondas parecían pintadas. Pasamos bajo un puente pequeño y señaló el puente Coronado a lo lejos. Si el clima está calmado, te lleva hacia la bahía para mejores vistas del skyline de San Diego. Ese día había suficiente brisa para quedarnos en los canales — y no me quejo.
Cincuenta minutos pasan volando cuando flotas así. Probamos unos chocolates (los venden al hacer el check-in) y nos relajamos, dejando que las casas pasaran a nuestro lado. Hay algo especial en ver a gente saludando desde sus balcones o escuchar risas de niños cerca que hace que no se sienta como un tour, sino como si hubieras tomado prestada la rutina secreta de alguien por un rato. Después paramos en el Hotel Del a tomar un café — está a un corto trayecto — pero mi mente seguía volviendo a lo tranquilo que se sentían esos canales.
El paseo dura 50 minutos.
Sí, puedes llevar tu bebida; hay un cargo de $10 si necesitas hielo, cubitera o copas.
Cada góndola privada puede llevar hasta seis pasajeros.
Vinos seleccionados, bebidas sin alcohol y chocolates variados se pueden comprar al hacer el check-in.
Tu reserva incluye transporte privado hasta el punto de partida.
El paseo es apto para todos; los bebés deben ir en el regazo de un adulto. No se pueden subir sillas de ruedas o cochecitos, pero se puede hacer el traslado.
Si el viento y el clima lo permiten, el guía te llevará hacia la bahía para ver el centro y el puente Coronado; si no, navegarás solo por los canales.
El punto de partida está a 7 km al sur del Hotel Del; es fácil visitarlo antes o después del paseo.
Tu día incluye transporte privado hasta el muelle en Coronado Cays, donde subirás a tu góndola privada con un guía local al mando. Puedes comprar vinos seleccionados, bebidas sin alcohol o chocolates al hacer el check-in, o llevar tu propia botella (con cargo por descorche). El paseo dura 50 minutos por los pintorescos canales o hacia la bahía de San Diego si el clima lo permite, y luego te regresan relajado (y tal vez tarareando canciones italianas).
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