Recorre los cañones del Río Grande con un guía local desde Terlingua, rema junto a acantilados desérticos, nada en aguas frescas y disfruta un picnic a la orilla. Risas, momentos de paz bajo cielos inmensos y una conexión auténtica que te llevarás a casa.
Confieso que me puse un poco nervioso cuando nuestro guía, Ben, sacó el mapa y empezó a hablar de “qué cañón nos tocaría hoy” — al parecer el Río Grande tiene sus estados de ánimo, y uno solo se deja llevar. El viaje en van desde Terlingua estuvo lleno de ese aire seco del desierto de Chihuahua (ya sabes, ese olor a polvo caliente y creosota), mientras Ben soltaba datos sobre geología y plantas y yo trataba de recordar cómo es el ocotillo. No soy muy mañanero, pero había algo en las charlas medio dormidas de todos que lo hacía más llevadero.
En la orilla del río, me enredé con las correas del chaleco salvavidas mientras alguien más intentaba meter su cámara en una bolsa impermeable — nadie parecía experto, salvo Ben, que solo sonreía y nos enseñaba a sujetar los remos sin parecer novatos totales. El agua estaba más fresca de lo que esperaba cuando nos lanzamos, un poco verdosa y marrón, pero lo suficientemente clara para ver las piedras deslizarse debajo. Navegábamos por la frontera internacional (echaba miradas hacia México), a veces en silencio, solo roto por algún pájaro o la risa de alguien rebotando en las paredes del cañón.
La comida fue lo que cada quien llevó — yo tenía un sándwich de mantequilla de maní y mermelada aplastado que sabía mucho mejor de lo que debería después de remar horas. Algunos se metieron a nadar; un tipo se lanzó de bomba y empapó los sándwiches de todos. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo por el zumbido de las cigarras río arriba, y la verdad, todavía recuerdo esa calma. De regreso a Terlingua, todos estábamos quemados por el sol y felices-cansados. No sé si fue el río o simplemente pasar el día afuera con extraños que ya no se sentían tan extraños.
El tour de día completo suele regresar a Terlingua alrededor de las 4:30 p.m.
No, debes llevar tu propio almuerzo; se proporcionan hieleras para conservarlo.
Se incluyen todos los botes (canoas/kayaks/balsas), chalecos salvavidas, remos, bolsas secas para objetos y transporte.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; es apto para todas las edades con condición física básica.
El tour empieza en Terlingua, Texas.
Sí, se permiten bebidas alcohólicas siempre que estén en latas.
No, no se requiere experiencia; los guías dan instrucciones antes de comenzar.
Tu día incluye transporte privado en van desde Terlingua hasta el punto de lanzamiento en el río y regreso al atardecer. Se proporcionan todos los botes—canoas, kayaks o balsas—junto con equipo de seguridad como chalecos salvavidas y remos, además de bolsas secas para tus objetos. Debes llevar tu propio almuerzo, pero hay hieleras disponibles para conservarlo. Todos los impuestos y tarifas están incluidos.
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