Sentirás el corazón acelerado al conducir tu propio UTV por los senderos del desierto de Sonora al norte de Phoenix. Con un guía local, pasarás junto a gigantes saguaros y cruzarás ríos rocosos, descubrirás huellas de animales y escucharás historias sobre la vida en el desierto. Prepárate para risas, caras polvorientas y momentos de silencio que no olvidarás.
Para ser sincero, me puse un poco nervioso cuando llegamos al borde del desierto de Sonora — esas montañas Bradshaw a lo lejos se veían mucho más agrestes de lo que imaginaba. Pero nuestro guía, Mike, sonrió y me pasó un casco como si fuera lo más normal del mundo. El aire olía seco y cortante, casi eléctrico. Firmamos los permisos (mi letra parecía la de un médico), nos pusimos las gafas y subimos al UTV. No esperaba que el motor retumbara tanto bajo mi asiento — se sentía como estar sentado sobre un gato gigante ronroneando.
El primer tramo fue sencillo, solo polvo levantándose detrás y saguaros que parecían viejos observándonos pasar. Pero luego llegamos a una zona rocosa donde Mike bajó la velocidad y señaló unas huellas de coyote marcadas en la arena — dijo que si teníamos suerte, podríamos ver uno corriendo entre los arbustos. Cruzamos un río poco profundo (el Agua Fría), y el agua fría me salpicó los tobillos — di un pequeño grito y todos se rieron. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo el viento y ese leve clic metálico de las piedras bajo las ruedas. Es curioso lo tranquilo que se siente ahí afuera, incluso con el motor rugiendo.
Cerca de los cañones, Mike nos contó historias sobre las inundaciones repentinas que tallan estos profundos surcos en la tierra — se nota lo salvaje y crudo que queda todo después de una tormenta. También nos señaló una codorniz que cruzaba el camino (casi no la vi porque estaba concentrado en no tragar polvo). El sol se movía entre las nubes, dándole a todo un brillo dorado por un instante y luego volviendo a un tono deslavado. Tenía las manos llenas de polvo por agarrar el volante, pero ya ni me importaba.
Todavía recuerdo ese último tramo de regreso a Phoenix — brazos cansados, mejillas adoloridas de tanto sonreír bajo la máscara, polvo por todos lados. No fue lo que esperaba; fue a la vez más duro y más hermoso de lo que cualquier folleto podría contar. Si tienes aunque sea un poco de curiosidad por una escapada al desierto de Arizona, lánzate. Eso sí, no lleves zapatos blancos — créeme.
La experiencia completa dura hasta 3 horas: hasta 1 hora para el registro y hasta 2 horas para entrenamiento y recorrido.
El tour inicia justo al norte de Phoenix, en la base de las montañas Bradshaw.
No, no incluye recogida en hotel; debes llegar por tu cuenta al punto de inicio.
Incluye equipo de seguridad (casco, gafas, mascarilla), agua embotellada y la guía de un profesional local.
Sí, los niños deben tener al menos 4 años para viajar como pasajeros y estar acompañados por un adulto.
Máximo 4 personas por vehículo; si son más, reserva vehículos adicionales.
No, no se requiere experiencia; te dan entrenamiento antes de comenzar a conducir.
Evita faldas, vestidos y zapatos abiertos; usa ropa cómoda que pueda ensuciarse de polvo.
Tu día incluye hasta tres horas en total: tiempo para registro y dos horas conduciendo por el desierto de Sonora en un UTV para varios pasajeros junto a tu guía profesional. Se proporciona todo el equipo de seguridad —casco, gafas, mascarilla— además de agua embotellada para que solo te preocupes por disfrutar cada kilómetro lleno de baches, ríos y senderos rocosos al norte de Phoenix, regresando cubierto de polvo pero con una sonrisa enorme.
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