Sentirás la brisa en la cara mientras navegas desde Panama City Beach en un crucero en catamarán al atardecer con una bebida en mano. Observa delfines deslizarse, disfruta música suave y escucha historias locales. Perfecto para relajarte antes de cenar o salir de noche, aquí capturarás esos momentos tranquilos que se quedan contigo mucho después de volver a tierra.
Subimos al muelle justo cuando el sol empezaba a bajar, aún sin ese naranja intenso — más bien un dorado suave, ese que aparece justo antes del gran espectáculo. La tripulación nos hizo señas (creo que uno se llamaba Jamie) y había un aire salado que se pegaba a todo, hasta a mi camiseta. Subir al catamarán Privateer no se sintió como un evento, sino más bien como un picnic flotante — risas por todos lados, alguien ya preguntando por el Privateer Punch en la barra. Me senté junto a la barandilla para poder meter los pies si quería, y la verdad, era difícil no quedarse embobado con lo inmenso que se veía el Golfo desde ahí.
El guía bromeó diciendo que la “hora de los delfines” era justo al atardecer — y, curiosamente, a los veinte minutos alguien señaló y ahí estaban. No saltando ni haciendo piruetas, solo esos arcos grises que se movían a nuestro lado un rato. Ver delfines en vivo tiene algo mágico que te hace olvidar que tienes un vaso de plástico en la mano (el mío tenía un ponche dulce con piña y algo más que no supe identificar). La música era suave — un poco de Jimmy Buffett mezclado con canciones que no conocía — pero encajaba perfecto. Intenté sacar fotos del cielo cambiando de color, pero me rendí; nunca salen bien.
Vi parejas acurrucadas cerca de la proa, pero también familias — un niño corría entre sus padres y la barra de snacks sin parar. La tripulación no puso problema; de hecho, parecía que conocían a la mitad por su nombre. Hay un momento en que te das cuenta de que todos están en silencio mirando el horizonte, casi sin hablar, solo se escuchan el tintinear de vasos o alguna risa por un chiste que te perdiste. Cuando finalmente volvimos a la orilla, aún tenía arena en los zapatos de antes, pero no me importó. Esa última luz del sol se quedó conmigo horas después.
Sí, el paseo incluye una bebida de cortesía por persona a bordo.
La experiencia dura aproximadamente dos horas desde el embarque hasta el regreso.
Sí, en la barra a bordo puedes comprar snacks y bebidas, incluyendo cócteles como el Privateer Punch.
La música en vivo se ofrece algunas noches; en otras se escucha música tropical durante todo el paseo.
Sí, las familias con niños son bienvenidas; hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
El código es casual—no se recomiendan tacones por el movimiento del barco.
No es totalmente accesible, pero se pueden acomodar sillas plegables si los pasajeros pueden embarcar con ayuda.
El embarque está a unos 5-7 minutos caminando por el muelle en Panama City Beach; si necesitas ayuda, avisa con anticipación.
Tu tarde incluye un crucero de dos horas al atardecer desde Panama City Beach en un amplio catamarán con una bebida gratis por persona, más música tropical o en vivo algunas noches. Puedes comprar snacks y bebidas extras en la barra antes de regresar a tierra a tiempo para cenar o seguir explorando el centro.
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