Entrarás directo a The Met con tu grupo pequeño y guía local, evitando la mayoría de las filas para descubrir desde armaduras antiguas hasta los colores de Van Gogh de cerca. Escucha historias personales detrás de las obras y recorre sus grandes salas sin perderte entre la multitud. Prepárate para momentos de silencio, risas y hasta escalofríos.
Alguien nos hace pasar sin esperar la fila normal — nuestra guía, Julia, con esa bufanda colorida y una sonrisa que parece de vieja amiga. Todavía hay que pasar el control de seguridad (eso no se salta), pero es rápido. Ya dentro de The Met, siento el frío del suelo de mármol a través de mis zapatos. Julia señala una estatua romana con la nariz astillada — “esa ha sobrevivido más que cualquiera de nosotros”, bromea. Huele un poco a libros viejos y a un perfume floral que alguien lleva puesto. Solo somos ocho en el grupo, así que es fácil hacer preguntas o quedarse atrás cuando quieres.
No esperaba sentirme tan pequeño bajo esas escaleras de la Bolsa de Chicago — pesan más de lo que parecen en las fotos. En la sección americana, hay un cuadro de Washington cruzando el Delaware; Julia nos cuenta que fue pintado décadas después del evento real, lo que lo hace aún más interesante. Alguien pregunta por Vermeer y de repente todos estamos mirando de cerca los pincelazos diminutos, susurrando porque otro grupo pasa cerca. No soy muy fan del arte, pero la historia de la vida agitada de Van Gogh (y que probablemente nunca vendió un cuadro) se me quedó grabada. ¿No te pasa que te das cuenta de que la gente de hace siglos era igual de caótica que nosotros?
En algún momento perdí la noción del tiempo — quizás cerca de la armadura medieval (la de Enrique VIII brilla más de lo que imaginaba). En algunas salas hay reglas de silencio; Julia nos cuenta todo antes de entrar para que nadie reciba un “shhh” del personal. The Met es enorme y, siendo sincero, dos horas y media apenas rozan la superficie, pero tener a alguien que sabe exactamente a dónde ir te salva de perderte o de saltarte lo que importa. Al final, los pies me duelen, pero la cabeza está llena — y de buena manera.
El tour dura aproximadamente 2.5 horas dentro del Museo Metropolitano de Arte.
Puedes saltarte la mayoría de las filas excepto el control de seguridad obligatorio al entrar.
El grupo es de máximo 8 personas para una experiencia más personalizada.
Sí, todas las entradas a The Met están incluidas en la reserva.
Sí, contarás con un guía local profesional durante toda la visita.
Verás piezas como la armadura de Enrique VIII, paisajes de Tiffany, el cuadro de Washington cruzando el Delaware, pinturas de Vermeer, Picasso, Seurat y Van Gogh—salvo que estén en préstamo o restauración.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos o carriolas durante la visita.
Se requiere un mínimo de 2 personas; si no, te ofrecerán otra fecha o un reembolso.
Tu día incluye acceso semi-privado guiado al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York con todas las entradas incluidas, privilegios para evitar filas (excepto seguridad), comentarios expertos de tu guía y muchas oportunidades para preguntar o detenerte frente a tu obra favorita.
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