Entrarás por puertas que la mayoría solo ve desde la acera, escuchando historias de escándalos y generosidad mientras exploras las mansiones de la Edad Dorada en Nueva York con un guía local experto. Prepárate para risas, sorpresas (algunas emotivas) y relatos que te acompañarán mucho después de dejar la Quinta Avenida.
Comenzamos justo en la Quinta Avenida, donde los edificios parecen tocar el cielo y el aire huele a nueces tostadas de un carrito cercano. Nuestra guía, Marianne, neoyorquina de pura cepa, no perdió tiempo en charlas. Señaló una fachada de piedra caliza y dijo: “¿Esa? Casi la derriban para hacer condominios en los 70.” Casi podía imaginarlo, todo ese oro y mármol arrancados. Es curioso cómo estas mansiones de la Edad Dorada permanecen ahí, guardando secretos tras sus pesadas puertas mientras los taxis pitan afuera.
Dentro de la primera mansión (no diré cuál), el suelo crujía bajo mis zapatillas, una sensación extrañamente reconfortante. Marianne nos contó de un dueño que organizaba fiestas tan salvajes que salían en los periódicos, pero también de su exesposa, que silenciosamente cambió la historia para las mujeres en Estados Unidos. Hubo un momento en que narró un escándalo con un arquitecto famoso —me reí en voz alta porque parecía sacado de una telenovela. Alguien preguntó si alguna de esas familias todavía vivía ahí; Marianne sonrió y dijo: “No exactamente… pero sus fantasmas sí.”
El tour fue un vaivén entre chismes y historia. En el Met, nos quedamos junto a una ventana desde donde se veía Central Park iluminado por la tarde. Me imaginé cómo sería mirar ese mismo paisaje en 1895 —probablemente no muy distinto, solo más silencioso. Me conmovió una historia sobre becas financiadas por una de esas viejas fortunas; no esperaba emocionarme pensando en niños que tienen oportunidad de estudiar gracias a alguien que dejó dinero en vez de otro candelabro.
Cuando llegamos a la Neue Galerie, mi cabeza daba vueltas con nombres —Vanderbilt por aquí, Astor por allá— pero nunca fue una clase aburrida. Solo vidas entrelazadas a lo largo de la Quinta Avenida. Aún recuerdo cuando Marianne hizo una pausa antes de contarnos lo cerca que estuvo una mansión de perderse para siempre. Puedes pasar frente a estos edificios todos los días y no imaginar lo que esconden —o quiénes bailaron alguna vez en esos salones.
No se especifica la duración exacta, pero espera varias horas caminando entre mansiones en la Quinta Avenida con paradas dentro de edificios clave.
Sí, tu boleto incluye acceso a varias mansiones históricas de la Edad Dorada a lo largo del recorrido.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas; también hay opciones de transporte adaptadas.
No se menciona recogida en hoteles; hay opciones de transporte público cerca para facilitar el acceso.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito durante el recorrido.
Sí, el tour incluye paradas en el Museo Metropolitano de Arte (Met) y la Neue Galerie de Nueva York.
El tour es conducido por guías locales expertos en la historia y las historias sociales de Nueva York en esa época.
Tu día incluye entrada guiada a mansiones selectas de la Edad Dorada en la Quinta Avenida —con paradas en el Met y la Neue Galerie— y todas las entradas están cubiertas. La ruta es accesible para sillas de ruedas y apta para cochecitos o animales de servicio; el transporte público está muy cerca si lo necesitas.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?