Recorre Old Monterey con un guía local y prueba desde pasteles hojaldrados y pizza de masa gruesa hasta helados artesanales hechos frente a ti. Encontrarás caras amigables, historias del pasado de Monterey y un ritmo tranquilo para disfrutar cada bocado. No es solo una comida, es un recuerdo para llevarte a casa.
Para ser sincero, casi pierdo el inicio de nuestro tour gastronómico a pie por Old Monterey porque me distraje con los lobos marinos que ladraban cerca del muelle. Cuando finalmente alcancé al grupo—justo frente a ese viejo arco de madera—iba un poco sin aliento y seguro olía a brisa marina. Nuestra guía, María, solo sonrió y me dio un pastelito de la primera parada (ella lo llamó “la respuesta de Monterey a las empanadas”, aunque todavía no sé qué llevaba dentro). Estaba tibio, hojaldrado y con un sabor agridulce que no esperaba, pero delicioso.
Nos adentramos por Alvarado Street y sus callejones, lugares donde jamás imaginarías encontrar comida. María parecía conocer a todos: saludó a un hombre que descargaba cajas detrás de un restaurante indio y luego nos llevó a un sitio con pizza de masa gruesa y queso tan derretido que casi se escapaba del plato. La sidra que probamos tenía un aroma a manzana fresca que me quedó en las manos después de dejar el vaso. Alguien del grupo intentó pronunciar el nombre del plato griego que degustamos; Li se rió cuando yo también lo intenté—seguro lo dije fatal. Pero a nadie le importaba hacerlo perfecto.
Lo mejor quizá fue ver cómo hacían el helado en esa cocina diminuta—vainilla por todos lados y aire frío saliendo al abrir el congelador. Probamos una bola ahí mismo: cremosa y apenas dulce, nada que ver con los helados de supermercado. María nos contó historias de la vieja Monterey mientras pasábamos por edificios de adobe; señaló uno que fue el primer teatro de California. Para entonces mis piernas ya estaban cansadas, pero no quería que terminara. La última parada fue vino y queso en una sala iluminada por el sol donde todos nos quedamos más tiempo del previsto. Aún hoy, cuando abro una botella en casa, recuerdo esa luz atravesando la mesa.
El recorrido es de 2 a 3 kilómetros a un paso relajado por el centro de Monterey.
Sí, hay opciones vegetarianas y veganas si avisas al anfitrión con anticipación por correo.
Sí, los niños pueden participar y los bebés o niños pequeños pueden ir en coche o carriola.
Sí, se hace con lluvia o sol—solo viste ropa en capas porque el clima en Monterey cambia rápido.
Probarás bocados salados, pizza de masa gruesa, platos internacionales (indio o griego), helado artesanal, vino local, sidra o cerveza y queso.
No incluye recogida en hotel; te encuentras con el guía en Old Fisherman's Wharf.
Sí, las propinas para todas las degustaciones ya están incluidas en el precio.
La ruta es accesible para silla de ruedas y apta para la mayoría de niveles de condición física.
Tu día incluye todas las degustaciones (desde pasteles hasta pizza y helado artesanal), bebidas alcohólicas como vino o sidra donde se ofrecen, porciones de comida durante el recorrido, propinas en cada parada para que no necesites efectivo, además de historias y guía de un experto local mientras paseas por el centro histórico de Monterey.
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