Escapa del bullicio de Miami en un paseo privado en barco con tu propio capitán: deslízate frente a restaurantes junto al río, islas de famosos como Star Island y Fisher Island, y para para escuchar música o nadar en una alfombra flotante. Con vistas a la ciudad siempre presentes y relatos locales en el camino, sentirás esa rara sensación de estar dentro y fuera de Miami al mismo tiempo.
Lo primero que noté fue el silencio en el agua, tan distinto al bullicio del centro de Miami. Acabábamos de salir del muelle cerca de Brickell y de repente el ruido de la ciudad se mezcló con el canto de las gaviotas y el suave rugido del motor del barco. Nuestro capitán, Luis, que es de aquí, nos señaló varios restaurantes junto al río Miami. Bromeó sobre cuáles valía la pena probar y cuáles solo frecuentan los turistas. Quise sacar una foto, pero mis gafas se empañaron—clásica humedad de Miami.
Navegamos frente a Bayside Marketplace y esa noria de la que todos hablan. Justo entonces la brisa se levantó, cálida y salada, y alguien puso Bad Bunny por los altavoces Bluetooth. Encajó perfecto. Luis redujo la velocidad cerca del Puerto de Miami para que pudiéramos admirar esos enormes cruceros—de verdad parecen ciudades flotantes. Nos contó historias sobre las diferentes líneas; al parecer Virgin organiza fiestas salvajes en cubierta (aunque apenas se veía más allá de los pasajeros saludando).
Después vino el tour de islas—Star Island, Millionaire’s Row, Fisher Island. Me quedaba mirando esas mansiones de famosos intentando ver a alguien conocido (sin suerte), pero la verdad es que lo mejor era dejarse llevar entre palmeras y jardines perfectos. Anclamos un rato para probar una alfombra flotante, que es como una gran colchoneta de espuma para tumbarse en el agua. Estaba tan cálida que hasta mi amigo que odia nadar se animó a meterse. Alguien me pasó una botella fría del nevera portátil y me quedé mirando el cielo un buen rato. Parecía que el tiempo se detenía.
No esperaba sentirme tan lejos de todo, aunque la mitad del tiempo tienes el skyline de Miami justo frente a ti. Luis nos contó pequeñas anécdotas de cada isla; se rió cuando intenté pronunciar “Fisher Island” en español (lo hice fatal). Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio viendo cómo el sol se reflejaba en los rascacielos del centro. A veces todavía pienso en esa vista, ¿sabes?
El paseo privado en barco admite hasta 12 pasajeros por grupo.
Sí, hay un baño disponible para la comodidad de los invitados.
Incluye una nevera con hielo y agua embotellada; puedes traer tus propios snacks o bebidas si quieres.
Verás sitios como Bayside Marketplace, Puerto de Miami, Star Island, Millionaire’s Row, Fisher Island y más durante el recorrido.
No se menciona recogida en hotel; los invitados se reúnen en el muelle designado.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carriola a bordo.
Sí, un sistema de audio Bluetooth premium te permite poner tu propia música durante todo el recorrido.
Las motos de agua están disponibles con costo adicional en los cruceros más largos (4 horas).
Tu día incluye un paseo privado en barco con capitán por Miami, con paradas en lugares icónicos como Star Island y Fisher Island, uso de alfombra flotante (en tours de 3 o 4 horas), sistema de sonido Bluetooth premium para tus playlists, agua embotellada con hielo en nevera portátil, baño a bordo y muchas historias locales en cada tramo del agua.
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