Flota sobre aguas luminosas en Kona mientras mantarrayas giran debajo de ti, guiado por locales que conocen cada corriente. Disfruta el atardecer desde la cubierta, ponte el traje de neopreno y vive la magia silenciosa de estos gigantes gentiles. Nades o no, es una noche que no se olvida.
El motor del barco emitía un zumbido suave mientras salíamos del puerto de Honokohau, y recuerdo el aire salado pegándose a mi piel, esa sensación única que solo se vive en la Isla Grande. El cielo todavía tenía tonos naranjas cuando nuestro guía, Keoni, repartió los trajes de neopreno y soltó una broma sobre cómo todos lucen bien con ellos al anochecer (no es verdad, pero nos hizo reír). No paraba de mirar al horizonte, mitad nervioso, mitad emocionado. Es curioso cómo se te olvida el miedo cuando te entregan un flotador y te dicen que las mantarrayas ya están dando vueltas justo debajo.
Nos quedamos flotando cerca de Kona, con la cara bajo el agua, agarrados a una tabla luminosa que brillaba en azul. El agua estaba más fría de lo que esperaba—quizá era solo nervios. De repente, unas enormes sombras se acercaron desde la oscuridad, tan cerca que pude ver cómo se abrían sus branquias. Alguien a mi lado susurró un “wow” por el snorkel. Nuestro guía iluminó suavemente sus alas con una linterna y nos contó que cada mantarraya tiene un patrón único, como las huellas dactilares. Hubo un instante en que el tiempo pareció detenerse; solo se oía tu respiración y el suave movimiento de las aletas. No esperaba sentir tanta calma flotando ahí.
Si no te animas a nadar (mi tía se echó para atrás en el último momento), hay espacio de sobra en la cubierta para verlo todo desde arriba—los guías se aseguraron de que ella tuviera snacks y agua mientras nosotros estábamos en el agua. El regreso en barco fue tranquilo, solo risas cansadas y debates sobre cuál isla es mejor (Keoni dice que gana Kona). Mi pelo olió a sal varios días después, pero ¿sabes qué? Sigo pensando en esas siluetas silenciosas bajo mí. Ahora el snorkel normal me parece hasta aburrido.
Sí, se requiere tener nociones básicas de natación para participar en la actividad.
Sí, el equipo completo incluye máscara, chaqueta de neopreno y flotadores.
Los niños pueden unirse si van acompañados por un adulto; los menores de 5 años deben llevar chalecos salvavidas propios.
Si no aparecen mantarrayas, te invitan a volver gratis otra noche—no hay reembolsos ni descuentos.
El tour parte del puerto de Honokohau, cerca de Kailua-Kona en la Isla Grande de Hawái.
Sí, existe la opción "Ride Along" para quedarte a bordo y observar sin meterte al agua.
Se ofrecen agua embotellada y snacks mientras estás en el barco.
No, los participantes deben llegar al puerto de Honokohau para la salida.
Tu noche incluye un paseo tranquilo en barco desde Honokohau con guías locales expertos que te llevan a los mejores puntos para ver mantarrayas cerca de Kona. Todo el equipo de snorkel está incluido—máscara, chaqueta de neopreno, flotador—además de agua y snacks a bordo antes de regresar bajo las estrellas.
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