Sobrevuela en helicóptero los glaciares de Juneau y aterriza en el glaciar Herbert para un auténtico paseo en trineo con huskies de Alaska. Conoce a los mushers locales, siente el aire frío en la cara y escucha solo el sonido del trineo sobre la nieve. No es solo paisaje, es risas, nervios y momentos que te acompañan mucho después de dejar Alaska.
No sabía muy bien qué esperar cuando nos recogieron en Juneau — claro, había visto fotos del glaciar Herbert, pero nada te prepara para ese primer instante en que el helicóptero despega. El sonido es un zumbido profundo que sientes en el pecho, y de repente la ciudad queda atrás y solo ves hielo azul y campos blancos abajo. Nuestro piloto, que creció por aquí, señaló las cataratas Nugget mientras pasábamos (creo que apenas las vi — estaba demasiado concentrado en cómo el glaciar se retuerce como mármol).
Aterrizar en el glaciar fue casi irreal, como entrar en un set de película. El aire era tan frío y puro que me hizo cosquillas en la nariz. Nada más llegar conocimos a los mushers — Jamie, una de ellas, nos presentó a su equipo de huskies de Alaska (ella se sabía el nombre de cada perro; yo olvidé la mitad al instante). Los perros ladraban y saltaban, con ganas de correr. Se mezclaba el olor a pelo mojado, nieve y algo metálico de los runners del trineo raspando el hielo. Jamie me dejó probar a ponerme de pie en los runners un rato — la verdad, estaba nervioso, pero ella sonrió y dijo “vas a estar bien.” Tenía razón.
El paseo en trineo es difícil de explicar — todo es silencio salvo por el jadeo de los perros y el deslizamiento del trineo sobre la nieve. En un momento levanté la vista y me di cuenta de lo pequeños que éramos frente a esas montañas. Mi amigo intentó dar las gracias en Tlingit (Li se rió cuando lo pronunció mal), y eso rompió cualquier tensión. De vuelta en el helicóptero, todos nos quedamos callados un rato — quizá asimilando todo o simplemente agotados de sonreír tanto. Aún recuerdo esa vista sobre Juneau mientras volvíamos a la ciudad.
No hay una duración exacta, pero calcula varias horas incluyendo el traslado desde Juneau hasta el campamento del glaciar Herbert y regreso.
Sí, el transporte desde y hacia las instalaciones está incluido en la reserva.
Sí, los pasajeros de cruceros pueden participar; el traslado los recoge una hora antes de la hora de vuelo indicada.
Vístete con ropa de abrigo en capas; lo mejor son zapatos con suela de goma. Si hace falta, te proporcionan botas y chubasqueros.
Hay asientos especiales para bebés; cada pasajero debe tener su propio asiento (no se permiten niños en brazos).
Si se cancela por mal tiempo, te ofrecen otra fecha o el reembolso completo.
Contacta directamente con Coastal Helicopters; buscan que todos los huéspedes disfruten cómodamente y con accesibilidad.
Sí, cada pasajero será pesado al registrarse; debes informar el peso exacto al reservar.
Tu día incluye vuelos ida y vuelta en helicóptero sobre los glaciares de Juneau con recogida en tu ubicación, botas y chubasqueros si hace falta para el clima del glaciar, una experiencia completa de mushing guiada por mushers locales en el glaciar Herbert, y todo el transporte entre instalaciones antes de regresar juntos a la ciudad.
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