Saldrás desde Honolulu en un barco estable con cubiertas abiertas para ver ballenas jorobadas saltar y jugar en el Pacífico, mientras un guía local comparte historias durante el recorrido. Prepárate para aire salado, tal vez delfines o tortugas, y momentos de asombro que recordarás mucho después de volver a tierra.
Confieso que al subir al Prince Kuhio para este tour de avistamiento de ballenas en Honolulu no esperaba sentir mucho, tal vez solo sol y brisa marina. Pero ahí estás, con la sal en los labios, cuando alguien grita “¡ahí!” y todos señalan al agua. El silencio que se crea es casi mágico. Nuestro guía, Kaleo, sonrió y dijo que era un buen día para ver ballenas, algo sobre el viento que estaba perfecto. Ni sabía que el viento influía en las ballenas.
El barco se sentía estable, lo que ayudó porque a veces me mareo un poco (por si acaso llevé unos caramelos de jengibre). Encontramos un lugar en la cubierta superior, con las piernas colgando por el borde. Se mezclaban los olores a protector solar y mar, y hasta se sentía el aroma del café de alguien cerca. De repente, una cola enorme golpeó la superficie a unos 30 metros. No es un sonido suave; es un golpe que se siente en el pecho. Todos soltamos un suspiro al mismo tiempo. Intenté sacar una foto, pero la verdad me perdí la mitad porque estaba hipnotizado mirando.
Kaleo nos contó que estas jorobadas vienen cada invierno desde Alaska; nos explicó cómo distinguir si era una mamá o una cría por el tamaño (yo todavía no las distingo). En un momento se rió cuando intenté decir “kohola” (ballena en hawaiano), seguro lo dije mal, pero le gustó que lo intentara. También vimos delfines, que parecían hacer piruetas para impresionarnos. Todo fue una mezcla de calma y emoción al mismo tiempo.
No dejo de pensar en esa primera aparición, el sonido y cómo todos nos quedamos en silencio un instante. Si buscas una excursión desde Honolulu que no sea solo otro día en la playa, este tour de avistamiento de ballenas es algo diferente. No siempre hay clima perfecto ni fotos perfectas, pero ver esas ballenas tan de cerca se queda contigo para siempre.
La temporada principal es de mediados de diciembre a marzo, cuando las jorobadas visitan las aguas hawaianas.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos a bordo.
Sí, hay asientos al aire libre en la amplia cubierta superior (según capacidad).
El barco es estable, pero no se recomienda si sufres mareos severos.
Durante el tour suelen aparecer delfines y tortugas marinas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar de embarque.
Tu día incluye asientos al aire libre en la amplia cubierta superior (según capacidad), guía local que comparte historias durante el recorrido, y fácil acceso desde el centro de Honolulu para llegar en transporte público o coche antes de salir a buscar ballenas, y tal vez delfines o tortugas, antes de regresar a tierra.
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