Saldrás de Las Vegas atravesando el bosque de árboles Joshua en Arizona, te atreverás a caminar por el Skywalk del Gran Cañón, compartirás un almuerzo con vistas sobre los acantilados de Guano Point y disfrutarás panorámicas abiertas de la Presa Hoover—todo con recogida, entradas incluidas, WiFi a bordo y un guía local que hace que estos lugares cobren vida. No es solo tachar lugares, sino sentir lo enorme y extraño que puede ser el mundo.
“¿Ves esa línea en la roca?” nos preguntó Mike, nuestro conductor, mientras salíamos de Las Vegas antes del amanecer. “Ahí solía estar el río, mucho antes de que naciera mi abuela.” Tenía una forma de hacer que el desierto pareciera un lugar lleno de historias escondidas. Los árboles de Joshua afuera se veían algo desgarbados con la luz de la mañana. Intenté tomar fotos por la ventana, pero casi todas salieron borrosas o con el reflejo de mi cara.
El primer impacto real fue en Eagle Point. Allí reina un silencio profundo, solo roto por el viento y las risas nerviosas de algunos cerca del borde. Nuestro guía señaló la extensión de tierras Hualapai, y recuerdo el olor a polvo mezclado con un toque dulce en el aire (¿será salvia?). Me animé a caminar por el Skywalk aunque mis rodillas no estaban muy convencidas—caminar sobre vidrio es... raro. Pero mirar hacia abajo en ese cañón te hace sentir que el estómago se te cae y aún así sigues en pie. Alguien detrás susurró “no mires abajo” y claro, justo ahí fue cuando lo hice.
El almuerzo en Guano Point fue mejor de lo esperado—pollo con arroz y frijoles, nada sofisticado pero justo lo que necesitaba después de tanto andar. Nos sentamos en bancos de picnic con una vista que hacía que todo lo demás pareciera pequeño por un rato. El sol ya pegaba fuerte; olvidé el protector solar y mi nariz lo pagó después. Cerca había un hombre vendiendo joyas hechas a mano que nos contó que a veces se ven borregos cimarrones en Hemenway Park. No vi ninguno, pero desde entonces cada vez que veo una colina rocosa, medio espero que aparezca uno.
De regreso paramos en el mirador de la Presa Hoover. El agua parecía casi irreal, de un azul intenso desde arriba—algo surreal después de tanto rojo y marrón del cañón. Mike señaló dónde empieza el Lago Mead; contó que su papá solía pescar allí antes de que bajara tanto el nivel. El WiFi del bus funcionó bastante bien la mayor parte del tiempo—envié algunas fotos a casa, pero sobre todo me quedé viendo cómo cambiaban los colores del paisaje mientras volvíamos hacia el oeste. Todavía pienso en lo pequeño que te sientes ahí afuera, y en el buen sentido.
No, la recogida es en un punto central de la Strip de Las Vegas (Treasure Island).
Sí, la entrada al Gran Cañón West está incluida en la reserva.
El ticket para el Skywalk es opcional; puedes añadirlo al reservar si quieres probarlo.
Puedes elegir la opción con almuerzo al hacer la reserva del tour.
Sí, hay una parada para fotos en el mirador de la Presa Hoover con vistas al Lago Mead y al río Colorado.
Es posible avistar borregos cimarrones en Hemenway Park en Boulder City durante una breve parada.
Tendrás unas 4 horas para explorar Eagle Point, Guano Point y otras zonas del West Rim.
Sí, el bus cuenta con WiFi durante la mayor parte del trayecto entre paradas.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Treasure Island en la Strip de Las Vegas con aire acondicionado y WiFi a bordo; entradas para el Gran Cañón West; agua embotellada y una barra de granola; ticket opcional para el Skywalk si lo eliges; almuerzo si lo seleccionas al reservar; además de tiempo para explorar Eagle Point, Guano Point, el mirador de la Presa Hoover y hasta intentar ver borregos cimarrones en Hemenway Park antes de regresar cómodo a Las Vegas.
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