Subirás a tu propia tabla de paddle board en los canales tranquilos de Fort Lauderdale con un guía local a tu lado, aprendiendo a tu ritmo mientras pasas por mansiones y manglares. Recibe apoyo amable, consejos reales de técnica, fotos gratis (aunque te tambalees) y tiempo para disfrutar esos momentos de paz en el canal que recordarás mucho después de secarte.
Lo primero que noté fue el silencio — solo el suave chapoteo del agua contra las tablas y un par de garzas observándonos desde los manglares. Nunca había probado el stand up paddle antes, así que cuando el instructor me entregó una tabla que “se ajusta a tu altura, confía en mí”, la verdad es que me puse nervioso. Las tablas estaban alineadas en el patio trasero, calentadas por el sol y de todos los colores. Al principio mis manos se sentían torpes con el remo, pero nuestro guía (creo que se llamaba Chris) solo sonrió y dijo: “Lo vas a lograr — todos se tambalean al principio.” Tenía razón. Los primeros minutos fueron básicamente intentar no caerme mientras él flotaba cerca, dándome pequeños consejos sobre dónde poner los pies y cómo girar sin perder el equilibrio.
Navegamos frente a unas casas enormes — algunas con yates más grandes que mi edificio — y luego entramos en una zona más tranquila donde se olía la sal y algo verde, como hojas mojadas. Chris señaló una burbuja de manatí (yo no la vi, pero quería creerlo) y hablamos de cómo los manglares protegen la costa aquí. En un momento casi pierdo el equilibrio cuando un pez saltó justo al lado de mi tabla; Chris se rió y dijo que pasa todo el tiempo. De fondo se escuchaba música suave desde el muelle, pero principalmente éramos solo nosotros y el agua. También me tomó algunas fotos — probablemente capturó mi mejor cara de “intentando no caerme”.
Me gustó que no había prisa. Después de unos cuarenta minutos remando (el tiempo se siente raro allá afuera), regresamos para que pudiera probar otra tabla — al parecer hay diferencias sutiles entre ellas, que Chris explicó con paciencia aunque yo seguro confundí la mitad de los términos. Para entonces mis piernas temblaban un poco, pero de esa manera buena, como después de una caminata. Nos sentamos en las tablas un momento antes de volver, flotando bajo unas ramas bajas mientras él me contaba cómo creció cerca de estos canales. Fue fácil hacer preguntas o simplemente quedarnos en silencio un rato.
Sí, está pensada para principiantes con instrucción personalizada de un guía local.
La lección de stand up paddle dura aproximadamente una hora.
Sí, incluye tabla, remo y chaleco salvavidas para cada participante.
Sí, hay estacionamiento gratis para los que participan en la clase.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito; consulta con el personal para más detalles.
Sí, el lugar es accesible para sillas de ruedas.
Sí, se permiten animales de servicio en el lugar.
Las fotos y videos son gratuitos y están incluidos con tu reserva.
Tu experiencia incluye parking gratuito en el lugar, uso de una tabla de paddle adaptada a tu cuerpo junto con remo y chaleco salvavidas, además de fotos y videos gratuitos tomados por tu instructor durante la sesión — todo guiado por un experto local que te ayudará a aprender a tu ritmo antes de volver a tierra firme.
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