Sumérgete en el bullicioso Chinatown de Flushing con un guía local que conoce cada atajo y puesto de comida. Prueba panqueques jianbing recién hechos, jugosas hamburguesas de cerdo, dumplings artesanales y más—todo incluido. Entre bocado y bocado, verás la vida diaria: vendedores callejeros, familias riendo al almuerzo. No es solo comer, es sentir que formas parte de algo real.
Bajamos del tren 7 en Flushing Main Street y, sinceramente, parecía que habíamos llegado a otra ciudad, o incluso a otro país. Nuestra guía Li nos llamó desde la ventana de una panadería empañada por el vapor de los bollos calientes. El aire estaba impregnado de ese aroma a pato asado y pan dulce; también percibí algo frito (más tarde supe que era pollo salado taiwanés). Empezamos a abrirnos paso entre la multitud: familias charlando en mandarín, vendedores anunciando precios, y Li nos contó que aquí, en este Chinatown, vienen los neoyorquinos de verdad a comer, no los turistas de Manhattan. Es más grande, más bullicioso.
Intenté decir “jianbingguozi” cuando paramos para probar esos crujientes panqueques chinos; Li se rió de mi acento pero me pasó uno igual. El huevo aún estaba tibio y la salsa me quedó pegada en los dedos. Luego vino el roujiamo, la hamburguesa china de cerdo, tan jugosa que tuve que limpiarme la barbilla después de cada mordisco. En una pequeña tienda de dumplings, un anciano doblaba la masa tan rápido que parecía magia. Me sonrió cuando pedí aceite de chile (“no mucho,” me advirtió). Por un momento todo el ruido se apagó mientras lo probaba: picante, tierno, perfecto.
Recorrimos callejones donde los neones zumbaban arriba y los niños corrían con vasos de bubble tea más grandes que sus cabezas. En un momento perdí la noción del tiempo viendo a una mujer enrollar fideos de arroz detrás de un mostrador lleno de vapor. La comida terminó con agua embotellada y dedos pegajosos, todos sonriendo como si hubiéramos encontrado un club secreto. Al volver juntos hacia la estación Roosevelt Avenue, llenos y un poco soñolientos, me di cuenta de que casi no había mirado el móvil en toda la tarde. Eso para mí es raro.
Toma la línea 7 del metro directo a Flushing Main Street; el viaje dura unos 40 minutos.
Probarás jianbingguozi (panqueque chino), roujiamo (hamburguesa de cerdo), rollo de arroz cantonés, pollo frito salado taiwanés, dumplings hechos a mano y agua embotellada.
El máximo por reserva es de 15 personas; para grupos más grandes se pueden hacer varias reservas por separado.
Sí, un guía profesional te acompaña durante todo el recorrido por Chinatown Flushing.
El tour finaliza en la estación Roosevelt Avenue para que puedas regresar fácilmente en la línea 7 del metro.
Incluye agua mineral embotellada durante las degustaciones.
Tu día incluye todas las degustaciones: panqueques jianbing recién hechos, jugosas hamburguesas roujiamo, rollos de arroz cantonés, pollo frito salado taiwanés, dumplings tradicionales hechos a mano y agua mineral embotellada. Un guía local te llevará por las vibrantes calles de Flushing y terminarás en la estación Roosevelt Avenue para un regreso cómodo en metro.
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