Conoce a tu guía directamente en Chena Lake para un día auténtico de pesca en hielo en Alaska — haz tu propio agujero, caliéntate en refugios con bebidas calientes y cocina tu pesca para la cena. Si eres nuevo (como yo), tendrás toda la ayuda y el equipo listo. Aquí no importa tanto la cantidad de peces, sino las risas y las historias en el aire frío del invierno.
Lo primero que noté fue el sonido — no silencio, sino ese crujido amortiguado bajo mis botas mientras caminaba sobre la nieve hacia las pequeñas cabañas de pesca en Chena Lake. El aire olía frío, casi metálico, y no paraba de soplar nubes de vapor solo para verlas flotar. Nuestro guía, Matt (que creció por aquí), nos hizo señas con un termo en la mano y preguntó si alguien había usado un taladro para hielo antes. Yo no, y resulta que pesa más de lo que parece. Se rió cuando intenté hacer mi propio agujero (“Es como hacer tu propia puerta principal”, dijo), y luego me enseñó a montar la caña y el cebo sin perder los guantes por el frío.
Me gustó que podíamos refugiarnos en el calentito refugio cada vez que los dedos empezaban a doler — siempre había alguien con chocolate caliente listo. También había cámaras bajo el hielo; ver a un pez rondando mi cebo era raro, casi como esperar un mensaje que nunca llega. Cuando por fin pesqué uno (no muy grande, pero sí), Matt me mostró cómo limpiarlo ahí mismo sobre el hielo. Mis manos olían a agua del lago y pescado por horas, pero ¿sabes qué? No me importó nada.
Cocinamos lo que pescamos en una pequeña parrilla afuera de la cabaña — ahumado, salado, nada sofisticado pero súper reconfortante después de estar tanto tiempo en el frío. Una pareja de Anchorage compartió sus historias de pesca fallidas mientras comíamos; todos nos reímos cuando el gorro de alguien salió volando por el viento hasta el otro lado del lago. No se trataba de atrapar un trofeo, sino de estar juntos, con las mejillas rojas por el viento y el café, aprendiendo esta vieja tradición de Alaska lado a lado. A veces aún recuerdo el silencio justo antes del atardecer, solo nosotros y ese cielo inmenso.
Te enviamos las indicaciones por email después de reservar; te encontrarás con tu guía directamente en las cabañas de pesca del lago.
Sí, todo el equipo está incluido: caña, cebo, asiento y herramientas.
Sí, hay refugios y cabañas calefaccionadas para que te mantengas cómodo todo el tiempo.
Al final podrás cocinar y comer el pescado que hayas atrapado como una comida ligera.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en cochecito o en brazos.
No, no hace falta experiencia — tu guía local te enseñará paso a paso.
Tu día incluye encuentro con un guía experto en pesca en Chena Lake, todo el equipo necesario (cañas, cebos, asientos y herramientas), acceso a refugios calefaccionados con bebidas calientes como chocolate o té, ayuda práctica para aprender técnicas, uso de cámaras bajo el hielo y la oportunidad de cocinar tu pescado fresco para la cena antes de regresar cálido y satisfecho.
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