Únete a un grupo pequeño para un paseo tranquilo en barco por las 10,000 Islas de los Everglades con un guía local que conoce cada canto de ave y lugar favorito de los delfines. Camina descalzo por una isla barrera virgen, observa la fauna de cerca y escucha historias que no encontrarás en ningún folleto—momentos que guardarás para siempre.
Li ya nos esperaba en el muelle cuando llegamos—nos saludó con un gran sombrero y una sonrisa que te hacía sentir como en casa al instante. Me pasó unos binoculares (casi se me caen, típico de mí) y señaló una garza que estaba tan quieta que parecía una estatua. “Ese es tu primer vecino hoy,” bromeó. El aire olía a sal y hierba cálida, un olor denso pero agradable, diferente a cualquier otro lugar que haya visitado. Subimos al pequeño bote—éramos seis en total—y partimos hacia la Bahía de Chokoloskee, con el agua apenas moviéndose bajo nosotros.
Había leído sobre la expedición guiada en grupo pequeño por los Everglades, pero estar allí es otra cosa. Li empezó a contarnos que a veces los delfines siguen estos barcos por diversión—justo cuando lo dijo, dos aletas aparecieron detrás. Uno de los niños gritó emocionado (yo casi también), y Li se rió como si eso pasara todos los días. Nos habló de manatíes y espátulas mientras navegaba por estrechos túneles de manglares donde todo estaba en silencio salvo el chapoteo del agua contra las raíces. En un momento intenté decir “espátula rosada” en mandarín—Li se rió tanto que casi se pierde la curva.
Hicimos una parada en una isla barrera desierta—solo arena, conchas, madera flotante y cielo. El sol brillaba pero sin quemar; el viento mantenía todo fresco. Caminar descalzos se sentía extrañamente reconfortante después del paseo en barco. Li nos mostró pequeñas huellas de cangrejos en la arena y explicó cómo las tormentas moldean estas islas cada año. Hubo un instante en que todos nos quedamos en silencio viendo pelícanos zambullirse—no hacía falta decir nada. A veces aún recuerdo esa vista cuando el ruido de la ciudad me abruma.
Cada tour está limitado a seis personas para una experiencia más íntima.
El tour incluye estacionamiento gratuito en el lugar, pero no recoge en hoteles.
La experiencia es apta para todas las edades; los bebés pueden ir en brazos o en cochecito.
Podrás ver delfines, manatíes, águilas, águilas pescadoras, pelícanos, tortugas marinas, garzas, espátulas rosadas y muchas aves más.
Recomendamos llevar agua, sombrero, gafas de sol, cámara y binoculares si tienes.
El tour es apto para todos los niveles físicos, pero hay que bajar una escalera de 2–3 peldaños para subir al barco.
Se recomienda reservar los tours por la mañana entre junio y octubre por el clima.
El tour inicia en la Bahía de Chokoloskee, donde hay estacionamiento gratuito.
Tu día incluye estacionamiento gratuito en la Bahía de Chokoloskee y un corto paseo en carrito de golf desde la oficina hasta el bote de grupo pequeño. Un Naturalista Master de Florida te guiará durante todo el recorrido en barco y caminata—y sí, habrá tiempo para explorar juntos una playa virgen en una isla barrera antes de regresar.
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