Recorrerás el borde salvaje de Denali en carreta tirada por caballos con un guía local, avistando fauna y escuchando historias antiguas de Alaska antes de disfrutar una comida típica en plena naturaleza. Prepárate para botas embarradas, aire puro de montaña y relatos compartidos junto a un estofado caliente—un día que no olvidarás.
Subí a la carreta cubierta justo a las afueras de Healy, con las botas ya un poco embarradas por el estacionamiento. Nuestro guía, Tom, me dio una manta gruesa—dijo que las mañanas aquí muerden, incluso en julio. Los caballos resoplaron y se movieron mientras nos acomodábamos, y luego arrancamos rumbo al borde de Denali. No paraba de asomarme entre las lonas, medio esperando ver uno de esos enormes alces de los que todos hablan (de hecho, más tarde vimos uno, aunque solo se veían sus astas detrás de unos sauces). El aire olía intenso—pino y algo frío, tal vez nieve que queda arriba.
Tom nos contó sobre los viejos mineros que cruzaban estas colinas, y juro que casi podías escuchar sus ecos cuando las ruedas de la carreta crujían sobre las piedras. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo por los cantos de algunos pájaros—¿cuervos tal vez?—y me quedé ahí con mi taza de café, viendo cómo las montañas se asomaban y desaparecían entre las nubes. Alguien preguntó por Gates of the Arctic (nunca me había dado cuenta de lo cerca que estábamos), y Tom señaló dónde empieza esa inmensa zona salvaje. Sentí que estábamos al borde de algo enorme.
Paramos en un claro para almorzar—nada lujoso, solo un estofado caliente y unos bizcochos que sabían mucho mejor de lo que uno espera después de un paseo frío. La gente compartía historias alrededor de las mesas mientras el vapor subía de los platos. Una pareja de Anchorage intentó enseñarme a decir “gracias” en athabascano; seguro lo dije mal, pero al menos nos reímos. De regreso, no podía dejar de pensar en lo diferente que se siente Alaska cuando bajas el ritmo—sin motores, solo cascos y viento. Aún recuerdo esa vista entre la lona de la carreta.
El recorrido dura aproximadamente 3 horas de principio a fin.
Sí, el transporte ida y vuelta está incluido desde alojamientos seleccionados en Healy y alrededores de Denali.
Sí, el tour incluye una comida típica en la naturaleza como parte del itinerario.
Sí, los niños pueden participar pero deben ir acompañados por un adulto; hay asientos para bebés si se solicitan al reservar.
Podrás ver alces, conejos, aves y otros animales pequeños a lo largo de los senderos cerca del borde de Denali.
El tour puede acomodar sillas de ruedas plegables si van acompañadas de alguien que ayude a subir y bajar.
Sí, se realiza con lluvia o sol; se recomienda vestirse adecuadamente para el clima de Alaska.
Hay opciones vegetarianas si se solicitan al reservar; es importante informar necesidades dietéticas con anticipación.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde hoteles seleccionados en Healy o cerca de Denali, todas las comidas indicadas (con opciones vegetarianas si las pides antes), y un guía local que compartirá historias durante el recorrido antes de llevarte de regreso tras la comida en la naturaleza de Alaska.
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