Recorrerás el centro de Chattanooga con guías locales expertos, haciendo paradas para degustar platos seleccionados por chefs en tres o cuatro restaurantes (incluyendo cena en azotea y un club privado). Prepárate para historias sobre la evolución gastronómica de la ciudad, paseos cómodos entre bocados, risas y sabores que te quedarán en la memoria.
Para ser sincero, no esperaba engancharme tanto con la escena gastronómica de una ciudad en solo unas horas. Pero la forma en que nuestra guía de Chatt Taste entrelazaba historias sobre el “renacimiento culinario” de Chattanooga entre bocado y bocado me caló hondo. Empezamos en un lugar con inspiración francesa, donde la mantequilla del pan era casi un pecado (me colaba para coger más). El local tenía detalles antiguos, como azulejos desgastados y barandillas de latón. Jasmine, nuestra guía, nos contó alguna curiosidad histórica rara sobre el edificio — no recuerdo el año exacto, pero fue suficiente para levantar la vista del plato por un momento.
Caminar entre los lugares fue muy sencillo — el centro de Chattanooga no es muy grande, pero siempre hay algo pasando. En Paloma, en la azotea del Westin, se olía la carne a la parrilla antes de ver la cocina. Sabores argentinos, al parecer. La vista desde arriba hacía que todo supiera mejor; quizás era estar al aire libre después de tanto aire acondicionado. Intenté pronunciar uno de los platos y Li, nuestra otra guía, se partió de risa — parece que lo hice fatal. Pero me comí todo igual.
La última parada fue Common House, un club privado en un antiguo edificio de la YMCA. Sin este tour, jamás habría entrado. La comida de la granja a la mesa estaba buenísima — tomates frescos que realmente sabían a verano — pero, sinceramente, no podía dejar de mirar las vigas de madera y pensar en cuánta gente habrá pasado por ahí desde 1929. Había familias en otras mesas, gente riendo con sus copas; parecía que habíamos caído en una noche normal de jueves en vez de en un grupo de turistas.
Visitarás entre 3 y 4 restaurantes diferentes durante el tour.
Sí, todas las zonas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, solo tienes que informar a Chatt Taste de tus necesidades dietéticas con antelación.
Sí, una de las paradas es en el restaurante Paloma, en la azotea del hotel Westin.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla; hay asientos para bebés disponibles.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro.
Tu tarde incluye degustaciones guiadas en 3-4 restaurantes seleccionados por chefs en el centro de Chattanooga: desde entrantes con inspiración francesa, platos argentinos en la azotea con vistas a la ciudad, hasta comida de la granja a la mesa en un club privado histórico, todo organizado por locales que conocen bien tanto las cocinas como las historias.
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