Camina por las calles más antiguas de Charleston con un guía local al caer la noche, escucha historias de fantasmas en el Old Exchange & Provost Dungeon y pasea junto a cementerios llenos de leyendas. Prepárate para risas, escalofríos y momentos que recordarás mucho después de dejar atrás estos adoquines.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz de las farolas caía sobre esos viejos adoquines: un tono amarillento y suave, como de vela. Nuestro guía, Marcus (que creció aquí, se notaba por su acento), nos esperaba justo frente al Old Exchange & Provost Dungeon. Nos contó que es uno de los lugares más embrujados de Charleston, y aunque al principio me hizo gracia, luego empezó a hablar de los presos que estuvieron encerrados allí hace siglos. Había un olor salado en el aire, quizá del puerto, o tal vez eran mis nervios.
No esperaba sentirme tan inquieto en un tour de fantasmas apto para toda la familia, pero cuando Marcus nos habló de personas que arriesgaron todo por la libertad, justo en esos mismos adoquines, se me pusieron los pelos de punta. Los niños del grupo no paraban de preguntar si veríamos un fantasma de verdad (no vimos ninguno, salvo mi propia sombra), pero la verdad es que escuchar cómo los locales aún susurran historias sobre ese calabozo me heló la sangre. El suelo estaba irregular bajo mis zapatillas; casi me tropiezo y traté de disimular.
Hicimos una parada en un cementerio donde alguien había dejado flores frescas, sin saber para quién. El aire era denso y cálido, pero de vez en cuando una brisa hacía temblar el musgo español colgado de los árboles. Marcus señaló unas inscripciones en las viejas lápidas; dijo que algunos creen que los espíritus nunca se fueron del todo. Intenté pronunciar “Provost” con acento de Charleston y fue un desastre. Se rió y dijo que hasta los locales discuten cómo se dice.
De regreso por esas calles estrechas, no dejaba de pensar en todas las capas de historia que pisábamos. No era solo un paseo de miedo, era como estar dentro del pasado de Charleston por un rato. Aún recuerdo esa luz que parpadeaba en las paredes de piedra y me pregunto si alguien más sintió que lo estaban observando, o si solo fui yo.
Sí, las opciones de transporte y las rutas son accesibles para sillas de ruedas.
El tour pasa por el Old Exchange & Provost Dungeon, pero no incluye entrada al interior.
Sí, familias con niños, incluso bebés en cochecitos, son bienvenidos.
No se especifica la distancia exacta, pero es apta para todos los niveles de condición física.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante toda la experiencia.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar de inicio.
Tu noche incluye un guía local en persona que te llevará por las calles históricas de Charleston y hará paradas en lugares como el Old Exchange & Provost Dungeon; las rutas son accesibles para cochecitos y sillas de ruedas para que todos puedan unirse sin problema.
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