Camina por el French Quarter y South of Broad con un guía local que da vida a las historias, desde los colores desgastados de Rainbow Row hasta las leyendas de piratas en St. Philips Church. Historia real, consejos honestos para comer y salir, y esos momentos en que el tiempo se detiene entre piedras antiguas y aire marino.
No esperaba que el aire en Charleston oliera a magnolia y ladrillo viejo al mismo tiempo. Nos encontramos con nuestra guía justo afuera del French Quarter, y tenía esa forma de hablar que te hacía querer acercarte, como si conociera cada secreto que la ciudad ha intentado ocultar. De inmediato, nos abríamos paso entre la luz del sol y las casas pastel de Rainbow Row. Había visto fotos antes, pero estar ahí, con los colores desgastados por el viento salino y el tiempo, se sentía distinto. Una pareja estaba tomando fotos de boda y sus risas rebotaban en las contraventanas; eso hacía que todo pareciera menos un museo y más un lugar donde la gente realmente vive.
El recorrido a pie siguió serpenteando por calles estrechas donde casi podías escuchar el ruido de ruedas de carruajes antiguos si prestabas atención. La palabra clave aquí sería “Tour a pie por los puntos destacados de Charleston”, pero la verdad es que no se sentía apresurado ni como una lista de cosas por tachar. En St. Philips Church, nuestra guía se detuvo bajo robles cubiertos de musgo español (ella lo llamaba “la joyería de la ciudad”) y nos contó sobre piratas que alguna vez fueron enterrados cerca; al parecer, los locales todavía discuten los detalles. Intenté imaginar las campanas resonando en una mañana húmeda hace siglos. En un momento, alguien preguntó por una lápida agrietada y ella solo sonrió: “Esa es otra historia larga”.
Pasamos por el Old Exchange & Provost Dungeon, cuyas paredes de piedra se veían frías incluso en junio, y escuchamos cómo fue el centro de la vida económica antes de la Revolución. Si prestabas atención, se sentía un leve olor a mar que subía desde el puerto, mezclado con algo dulce que venía de una panadería cercana (nunca supe qué estaban horneando). Nuestra guía nos dio consejos sinceros sobre dónde comer después; anotó nombres en mi mapa con un bolígrafo que casi no funcionaba. Incluso bromeó sobre cómo todos en Charleston tienen una opinión sobre los camarones con sémola.
Sigo pensando en lo silencioso que se ponía en ciertos rincones, solo pasos sobre ladrillos viejos y gaviotas lejanas sobre el río Cooper. No todas las historias eran bonitas, pero ninguna se sentía pasada por alto. Al final, me di cuenta de que no había mirado el teléfono en dos horas seguidas, y eso hoy en día dice mucho.
El tour dura aproximadamente dos horas.
El tour recorre los barrios French Quarter y South of Broad en el centro de Charleston.
Sí, los niños pueden participar, pero deben ir acompañados por un adulto.
No, los participantes deben llevar su propia agua embotellada, ya que no siempre hay dónde comprar durante el recorrido.
Incluye Rainbow Row, St. Philips Church, Old Exchange & Provost Dungeon, iglesias históricas, sitios de entierro, mansiones antebellum y más.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el tour.
Sí, los animales de servicio están permitidos.
Tu día incluye un paseo guiado por los barrios French Quarter y South of Broad con un guía local experto; deberás llevar protección solar y agua embotellada, ya que no se proporcionan durante el recorrido.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?