Ríe con Anthony mientras recorres el North End de Boston — desde relatos secretos de la mafia hasta arancini calientes y pasteles tradicionales en tiendas familiares. Disfruta un espresso fuerte en una cafetería de 94 años, pizzas que solo conocen los locales y historias que hacen que cada bocado valga mucho más que un simple almuerzo.
Anthony ya estaba saludando a alguien al otro lado de la calle antes de que me uniera al grupo — parece que conoce a todo el mundo en el North End de Boston, o al menos eso da la impresión. “¿Tienes hambre?” preguntó con una sonrisa que ya sabía la respuesta. La primera parada fue una pequeña tienda de café y especias que lleva ahí desde siempre (94 años, según dijo). El aroma me llegó antes de entrar: dulce y fuerte a la vez, como madera vieja y café recién molido. El dueño saludó a Anthony con un gesto y nos dio unas tacitas sin decir palabra. El café más fuerte que he probado en mucho tiempo. Quise decir grazie, pero seguro que lo dije fatal; Anthony se rió.
Recorrimos calles estrechas donde la ropa colgaba sobre nuestras cabezas, pasando gente que charlaba rápido en italiano. Anthony no paraba de contar historias — a veces sobre mafiosos que dominaban el barrio (señaló lo que llamó “la supuesta casa de la mafia”, que parecía normalísima), otras sobre dónde encontrar la mejor pizza pasada la medianoche. En una panadería, nos metimos entre locales discutiendo sobre sabores de cannoli. La masa crujiente, el relleno fresco y nada empalagoso — todavía pienso en ese bocado cuando paso por las cadenas de panaderías en casa.
No esperaba aprender tanta historia en un tour gastronómico, pero cada esquina tenía su cuento: la casa de Paul Revere escondida tras un callejón, la Old North Church brillando con la luz de la tarde. Paramos para comer pizza (Anthony insistió en doblarla “como se debe”), arancini tan calientes que casi me queman la lengua, y raviolis que sabían caseros — porque realmente lo eran. Alguien preguntó si nos íbamos a llenar; Anthony solo guiñó un ojo y dijo “todavía no”.
Al terminar esas tres horas, los pies me dolían pero me sentía como en casa — como si si volviera la semana que viene, también me reconocieran. Hay algo especial en escuchar esas historias mientras comes comida hecha por familias que llevan generaciones aquí… se queda contigo más tiempo de lo que imaginas.
El tour dura aproximadamente 3 horas.
Probarás subs italianos, raviolis con queso, pizza o arancini, pasteles y más.
La edad mínima para participar es 13 años.
Sí, verás lugares como la Casa de Paul Revere y la Old North Church durante el recorrido.
El contenido no especifica opciones vegetarianas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Harás paradas en callejones escondidos y sitios como la supuesta antigua sede de la mafia.
Tu día incluye un recorrido a pie guiado por Anthony, un local nacido y criado aquí, paradas en 5-7 lugares para degustar subs italianos, raviolis, pizza o arancini, postres de panaderías familiares, entrada a una cafetería con 94 años de historia para un espresso o especias, además de historias en sitios emblemáticos como la Casa de Paul Revere y la Old North Church.
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