Deslízate sobre jardines de coral en Bahía Kealakekua, haz snorkel junto a peces coloridos cerca del Monumento al Capitán Cook, explora cuevas marinas escondidas en la costa sur de Kona con un guía local que comparte historias, y quizá veas delfines o tortugas. Todo el equipo está incluido, además de snacks y bebidas para recargar energías—solo trae curiosidad (y protector solar extra).
“Si ves una honu, déjala pasar — ellas tienen preferencia,” bromeó nuestro capitán mientras salíamos de Bahía Keauhou. Yo todavía ajustaba mi máscara, medio escuchando el motor del bote y esa brisa salada que se queda pegada a la piel en Kona. Éramos pocos — justo como me gusta — y nuestro guía, Kaleo, señalaba pequeños detalles en la orilla: una cabra trepando sobre rocas negras, un parche de tierra roja que decía era sagrado. Intenté pronunciar bien ‘Kealakekua’; Kaleo sonrió pero no me corrigió. La bahía se abrió de repente — azul sobre azul, acantilados que parecían huesos antiguos. Olía a metal mojado, como piedra húmeda y bloqueador solar.
Nos metimos al agua cerca del Monumento al Capitán Cook (siempre pensé que sería más grande), y todo quedó en silencio salvo mi respiración por el snorkel. Los peces se movían por todos lados — sobre todo amarillos, pero también destellos azul eléctrico que no supe nombrar. En un momento, alguien a mi lado chilló porque una tortuga pasó tan cerca que se veía el dibujo de su caparazón. El agua estaba más fresca de lo que esperaba, casi plateada donde le daba el sol. Perdí la noción del tiempo bajo el agua — parecía más de una hora, pero de la mejor manera.
De regreso hacia Keauhou, Kaleo nos acercó a unos tubos de lava a lo largo de la costa sur de Kona. Contó historias de batallas antiguas y señaló dónde el agua dulce se filtra al mar (se siente más fría si metes la mano). Asomamos la cabeza en un par de cuevas marinas — con eco adentro y una luz verde extraña rebotando en las paredes. Alguien vio delfines a lo lejos; todos estiramos el cuello pero solo alcanzamos a ver sus colas antes de que desaparecieran. También había cabras — manadas enteras equilibradas en salientes imposibles. Todavía no sé cómo suben ahí.
Menos mal que trajimos snacks y jugo para después (se me olvidó lo hambriento que te deja el snorkel). Tenía los hombros rojos por el sol y el pelo crujía de sal. Ya en tierra, todo parecía más fuerte, más vivo. A veces todavía me imagino flotando sobre esos jardines de coral — solo respirando al ritmo de las olas.
El tour incluye aproximadamente una hora completa de snorkel justo frente al Monumento al Capitán Cook en Bahía Kealakekua.
Sí, todo el equipo de snorkel y dispositivos de flotación —incluyendo chalecos y tablas con visor— están incluidos en el tour.
No se incluye almuerzo, pero sí snacks, agua y jugo durante la actividad.
No es necesario tener experiencia previa, pero se recomienda sentirse cómodo nadando para este tour.
No, por seguridad no pueden unirse mujeres embarazadas ni personas con lesiones en espalda o cuello.
Es posible verlos, pero no está garantizado; a veces aparecen delfines o tortugas cerca de Bahía Kealakekua durante el tour.
El grupo es pequeño para una experiencia más personal; el número exacto varía según el día.
No se menciona recogida en hoteles; los participantes salen desde Bahía Keauhou para esta actividad.
Tu día incluye todo el equipo de snorkel y dispositivos de flotación si los quieres, agua embotellada y jugo para mantenerte hidratado en la bahía, snacks ligeros para después de nadar (créeme, los vas a necesitar), y la guía de la tripulación local que comparte historias mientras recorres la costa sur de Kona antes de regresar juntos a la orilla.
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