Disfruta de una aventura totalmente privada en la isla, diseñada según lo que tu grupo quiera ver y hacer. Sin multitudes, solo momentos auténticos—como sentir el rocío en el blow hole o charlar con los locales en el camino.
Salitre en el aire, una brisa suave que me mueve el sombrero—desde el primer instante sabes que esto no es un tour masivo y aburrido. Nuestro guía, Manu, sonrió mientras repartía protector solar amigable con el arrecife (con un toque de coco). Salimos solo con nuestro grupo, sin extraños. El camino serpenteaba junto a un puesto de frutas donde una mujer nos saludó y nos ofreció guayabas frescas. Era como si nos dieran acceso a un secreto local.
El blow hole estaba tranquilo, solo nosotros y el sonido del agua golpeando la roca. Me acerqué lo suficiente para sentir el rocío en las piernas. Manu contó que los locales solían traer a los niños aquí después de la escuela para refrescarse. Cerca había un carrito que vendía raspados, y tuvimos suerte de comprar uno mientras veíamos las olas romper. Todo fue relajado, sin prisas—podíamos quedarnos o seguir cuando quisiéramos.
Los niños pequeños son bienvenidos si pueden ir en cochecito o carrito. Por seguridad, no se recomiendan bebés.
Sí, los animales de servicio pueden acompañarte en este tour.
Hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro.
Se recomienda estar en forma moderada—hay algo de caminata, pero nada exigente.
Incluye protector solar seguro para arrecifes (con aroma a coco), buena energía de principio a fin y un itinerario personalizado para tu grupo. Si hace falta, hay asientos especiales para bebés.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?