Saldrás de Anchorage rumbo al salvaje paisaje montañoso, te equiparás para caminar seguro sobre el hielo azul del glaciar Matanuska con un guía local, probarás agua pura directamente de la fuente y aprenderás a moverte sobre campos de hielo milenarios — con el crujir de las botas bajo tus pies — antes de volver a casa con historias frescas (y dedos congelados).
Ya llevábamos un buen tramo por la carretera saliendo de Anchorage cuando me di cuenta de lo lejos que quedaría la ciudad al final del día. Nuestra guía, Jamie, repartió botas con crampones en la furgoneta — más pesadas de lo que esperaba — y señaló hacia el norte, donde las montañas parecían pintadas. El aire se volvió más fresco y puro al entrar en el valle de Matanuska, y alguien detrás de mí intentaba avistar alces (sin suerte hasta ahora). El silencio era ese tipo de calma que solo Alaska sabe regalar, incluso con extraños alrededor.
En la entrada del sendero, me enredé con las correas del casco mientras Jamie nos enseñaba a caminar “como pingüinos” sobre el glaciar. Me resbalé una vez — nada grave, solo un pequeño tambaleo — pero a nadie le importó. El hielo no era liso; estaba picado y azul en algunas partes, casi brillando bajo nuestros pies. Jamie nos mostró cómo golpear con las puntas para agarrar mejor. En un momento se detuvo a llenar una botella con agua de deshielo y nos dejó probarla — sinceramente, ese sorbo helado se me quedó grabado más que cualquier foto.
En el glaciar reina un silencio extraño, solo roto por el crujir de las botas y el viento rozando todo. Alguien preguntó por las grietas y Jamie sonrió: “Por eso estoy yo aquí.” Sacamos fotos, pero sobre todo nos quedamos en silencio viendo cómo la luz jugaba sobre las crestas. Se me entumecieron las manos de tanto sostener el móvil, así que dejé de intentar capturar todo. El regreso se sintió más lento, tal vez porque nadie hablaba mucho o porque no quieres irte tan rápido de un lugar así.
No, pero la salida es desde el centro de Anchorage y hay opciones de transporte público cerca.
Te darán botas con crampones y casco, además de una orientación de seguridad antes de pisar el glaciar.
El tour es apto para todos los niveles; la participación se adapta a tu comodidad.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante la actividad.
Sí, durante el día en el glaciar se ofrecen clases gratuitas de fotografía.
Incluye agua embotellada Alaska Pure Glacier para los participantes.
Tu día incluye salida temprano desde el centro de Anchorage con un paseo escénico hacia el valle de Matanuska, equipo profesional de seguridad como botas con crampones y cascos ajustados por tu guía, agua embotellada Alaska Pure Glacier para probar directamente de la fuente, además de clases gratuitas de fotografía antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?