Brinda con cava en los campos de lava del Teide mientras el sol se despide, luego sube hasta los 2000 metros para una noche de observación guiada con telescopios. Descubre las historias detrás de las constelaciones, siente el aire frío de la montaña y comparte un momento de asombro bajo el inmenso cielo de Tenerife—una experiencia que queda para siempre.
Apenas habíamos aparcado cuando nuestra guía, Marta, nos llamó con una sonrisa—tenía esa facilidad para hacerte sentir que la conocías de toda la vida. Me ofreció una copa de cava (yo luego me pasé al zumo, para ser sincero) y señaló dónde la última erupción dejó esas rocas negras y salvajes a nuestro alrededor. No esperaba que el aire oliera tan limpio allá arriba, casi cortante, y hacía más frío de lo que pensaba. Todos nos apretábamos las chaquetas mientras veíamos el sol caer tras La Palma y El Hierro. Marta se rió cuando intenté pronunciar “Narices del Teide”—creo que lo hice fatal, pero ella solo sonrió.
Después seguimos su coche en una pequeña caravana lenta hacia alturas aún mayores—mis oídos se destaparon un poco. A 2000 metros, parecía que estábamos en otro planeta, de verdad. El cielo se oscureció rápido y de repente había más estrellas que nunca había visto. Marta montó los telescopios mientras un niño no paraba de preguntar si veríamos extraterrestres (no hubo suerte). Nos turnamos para mirar los anillos de Saturno—pequeños pero nítidos—y ella usó un puntero láser para trazar líneas entre las constelaciones. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio; solo se oía el crujir de las piedras bajo los pies y nada más.
Ese silencio me sigue viniendo a la mente a veces—es curioso cómo un lugar puede sentirse inmenso y cercano al mismo tiempo. El regreso fue más lento, con los faros iluminando restos de antiguas coladas de lava. Mis manos olían a cava y polvo por apoyarme en esas rocas. Si buscas una escapada desde Tenerife que no sea solo playas o bares, este tour de estrellas es otra historia—aunque no sepas distinguir a Orión de tu propio codo.
No, conducirás tu propio coche y seguirás a la guía entre los puntos del tour.
El encuentro es al atardecer en los campos de lava, antes de subir a mayor altura para ver las estrellas cuando ya está oscuro.
Sí, al atardecer te ofrecen una copa de cava o un zumo.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar—el tour es apto para todos los niveles físicos.
Sí, el uso guiado de telescopios está incluido para observar planetas y estrellas.
El punto principal está cerca de Narices del Teide, a unos 2000 metros de altitud.
Sí, un experto en astronomía acompaña y dirige las actividades al atardecer y bajo el cielo nocturno.
Tu noche incluye una bebida de bienvenida—cava o zumo—al atardecer entre los campos de lava del Teide antes de seguir a tu guía en coche hasta un punto más alto. Allí tendrás acceso a telescopios profesionales para observar el cielo nocturno con explicaciones y relatos de tu anfitrión experto en astronomía, antes de regresar cuando quieras.
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