Camina donde las erupciones de Timanfaya sacudieron Lanzarote, siente la lava antigua bajo tus pies mientras un guía local comparte historias que solo los habitantes conocen. Párate al borde de un cráter volcánico, disfruta snacks con tu grupo y descubre la calma de estos paisajes. Incluye recogida y transporte en grupo pequeño para empezar sin complicaciones.
Para ser sincero, no esperaba que Lanzarote oliera así. Ese aire seco y mineral en Timanfaya casi me cosquilleaba la nariz cuando salimos de la furgoneta. Nuestra guía, Marta, repartió agua y sonrió como si supiera algo que nosotros no. Señaló las colinas negras frente a nosotros y dijo: “Ahí empezó todo en 1730.” Pensé que parecía otro planeta: sin canto de pájaros, solo el viento y el crujir de nuestras botas sobre la lava antigua. Es curioso lo silencioso que se vuelve todo allí.
Al principio caminamos despacio, sorteando los senderos irregulares. El suelo era áspero pero no difícil, más parecido a pisar pan tostado quemado que a otra cosa (lo dije en voz alta y Marta se rió). De vez en cuando se paraba para mostrarnos detalles: un parche de líquenes amarillos aferrados a una piedra, o unas extrañas ondulaciones en la roca que llamó “pahoehoe”. El cráter era más grande de lo que imaginaba. Parados en el borde, se veía salir vapor aquí y allá si entrecerrabas los ojos. Alguien preguntó si da miedo vivir cerca de volcanes; Marta se encogió de hombros y dijo que uno se acostumbra, pero yo no estoy tan seguro.
Todavía recuerdo esa vista dentro del cráter: capas de rojo y negro mezclándose en remolinos. Allí arriba comimos algo (frutos secos y algo dulce), apoyados en las rocas calientes mientras Marta nos contaba cómo sobrevivieron las personas durante las erupciones. Para entonces mis zapatos estaban llenos de polvo, pero no me importaba. Hablamos de cómo cambia el olor después de la lluvia, aunque ese día solo había sol y viento. El regreso se nos hizo más rápido, tal vez porque dejamos de hablar tanto y solo escuchamos el sonido de nuestros pasos sobre las piedras.
La duración exacta no está especificada, pero incluye recogida, caminata, descanso para snacks y transporte de regreso—planea medio día.
Sí, la mayoría de zonas de Lanzarote cuentan con recogida y regreso a hotel o puerto.
Incluye agua embotellada y snacks durante la ruta.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto.
Sí, solo indica el nombre del barco y horarios al reservar para coordinar la recogida.
Usa calzado cómodo para terreno rocoso y lleva protección solar.
No se recomienda para personas con problemas cardiovasculares.
La caminata se realiza en grupo pequeño con guía profesional.
Tu día incluye recogida en hotel o puerto en cualquier punto de Lanzarote (con algunas limitaciones cerca de Playa Blanca), agua embotellada para mantenerte hidratado, snacks durante la caminata, guía local experto que te acompañará por los campos de lava de Timanfaya, y transporte de regreso en minivan con aire acondicionado para que no tengas que preocuparte por nada.
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