Vas directo a la playa salvaje de Famara con tu tabla bajo el brazo y un instructor local a tu lado. Aprende a leer las mareas, siente las olas del Atlántico bajo tus pies, comparte risas con viajeros de todo el mundo — y luego cálmate en la base con arena aún pegada en la piel. Esa primera ola no la olvidarás.
Bajamos por el sendero arenoso desde la escuela de surf en Famara, con los neoprenos medio abiertos y las tablas bajo el brazo. Se mezclaba el olor a crema solar con el aire salado, y se escuchaba la risa de alguien del grupo de adelante — creo que era María, nuestra instructora, bromeando sobre cómo para la hora de comer ya seríamos todos unos pros. Los volcanes detrás de nosotros parecían de mentira, como si alguien los hubiera pintado en el cielo. No podía dejar de mirarlos mientras caminábamos, sin saber si estaba más nervioso o emocionado por probar el surf aquí en Lanzarote.
La clase empezó justo al borde del agua. María nos explicó cómo leer las mareas (la verdad, al principio no entendí mucho — dibujó líneas en la arena y se rió cuando mi amigo intentó adivinar hacia dónde iba “la marea”). El Atlántico estaba más frío de lo que esperaba cuando nos metimos, pero tras unas cuantas caídas y un trago accidental de agua salada, ya no importaba. Había gente de todas partes — un chico de Berlín que animaba cada vez que alguien se ponía de pie, locales que remaban como si nada. En un momento me tumbé en la tabla y me dejé llevar un rato. El sol salió entre las nubes y todo quedó en silencio, solo se oían las olas.
Después de dos horas de caídas, risas y surfear a medias (logré estar de pie unos tres segundos — más o menos), volvimos juntos a la escuela. Tenía arena por todas partes: dentro del neopreno, pegada en las cejas. María repartió toallas y preguntó si alguien quería consejos para la próxima vez; hasta se acordó de mi nombre, lo que me sorprendió. Sigo pensando en esa primera ola tambaleante — es curioso lo orgulloso que te puedes sentir por algo tan sencillo.
La clase dura 2 horas, más el tiempo de traslado entre la escuela y la playa.
Sí, el traslado desde la escuela hasta la playa de Famara está incluido en la reserva.
Sí, los neoprenos y las tablas están incluidos en la experiencia.
No, no se requiere experiencia; está abierta a todos los niveles.
El punto de encuentro es en la escuela de surf en el pueblo de Famara, antes de ir juntos a la playa.
No, no incluye comidas; solo equipo y traslados.
Puedes elegir entre la mañana (9:15) o el mediodía (11:45).
No, por seguridad es necesario saber nadar.
Tu día incluye traslado desde la escuela hasta la playa de Famara con tu grupo, uso completo de neoprenos y tablas para la clase, instrucción de guías locales expertos que te ayudarán a aprender con seguridad, además de seguro de responsabilidad durante toda la sesión y el regreso juntos al acabar.
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