Remarás en kayak desde Cala Granadella recorriendo la costa espectacular de Jávea, parando para hacer snorkel en cuevas de un azul intenso y descubrir calas escondidas que solo conocen los locales. Los guías son cercanos y cuidan que todo sea seguro y relajado, además de que hay tiempo para risas y snacks en el agua. Si buscas un día donde la sal se quede en tu piel y recuerdes lo que es el verdadero silencio, esta es tu experiencia.
¿Alguna vez te has preguntado a qué huele el agua al amanecer en Cala Granadella? Tiene un aroma salado y dulce, con un toque de crema solar en el aire — así empezó nuestra mañana. Marta, nuestra guía, nos repartió los chalecos salvavidas y trató de enseñarnos a no remar en círculos (yo estuve fallando unos buenos diez minutos). Al principio los kayaks parecían tambalearse, pero tras unas pocas paladas se volvió casi meditativo, solo el sonido de las remadas y un pajarito raro cantando desde detrás de las rocas. Nunca había visto un agua tan transparente — se veían las piedras en el fondo mucho antes de llegar a Cala Caló, que llaman la “calita secreta” de Jávea.
Nos detuvimos allí para hacer snorkel — dudé un poco porque las cuevas me ponen nervioso, pero Marta aseguró que era seguro. Y tenía razón; dentro todo se volvió azul y con ecos. Alguien se rió bajo el agua (sí, se escucha), y juro que un pez me miró fijamente a través de la máscara. La siguiente parada fue la Cova del Llop Marí. Las rocas parecían tan ásperas que si no tenías cuidado te raspabas las rodillas. Dentro de la cueva hay un brillo azul eléctrico que no se capta bien en fotos — tienes que verlo con tus propios ojos. Me llené de arena por todos lados, pero ni me importó.
Después remamos bordeando la Isla del Descubridor y pasamos por la playa de Ambolo (que, por cierto, es nudista — no me lo esperaba). A lo lejos se adivinaba el Cabo la Nao entre la bruma. La lancha de apoyo navegaba cerca por si alguien se cansaba o necesitaba ayuda, lo que me tranquilizó cuando me quedé un poco atrás. Volvimos hacia Granadella con los brazos como gelatina y arena todavía entre los dedos de los pies. Los guías fueron muy pacientes — incluso cuando se me cayeron las palas dos veces al salir del kayak.
El tiempo total en el agua es de unas 2–3 horas, incluyendo paradas para hacer snorkel y descansar en las calas.
Sí, los guías proporcionan todo el equipo de snorkel como parte de la reserva.
La excursión comienza en Cala Granadella, una de las playas más conocidas cerca de Jávea.
Sí, un bote de apoyo acompaña al grupo durante toda la ruta para mayor seguridad.
Sí, los guías explican lo básico para manejar el kayak antes de salir y vigilan a todos durante el recorrido.
Recibirás agua embotellada y una barrita energética incluidos en la reserva.
La actividad es apta para casi todas las edades; los bebés pueden quedarse en cochecito en la zona de inicio.
Cala Caló es menos conocida que otras playas de Jávea y se siente mucho más tranquila y apartada.
Tu día incluye todo el equipo de kayak (chaleco salvavidas, pala), agua embotellada, una barrita energética, uso del equipo de snorkel con máscaras facilitadas por guías locales formados en rescate y primeros auxilios, bolsas impermeables para tus cosas, fundas para móviles si las necesitas, acceso a un bote de apoyo durante toda la excursión para tu tranquilidad — y hasta fotos tomadas por el guía para que no te preocupes por mojar tu móvil.
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